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“Medellín sigue siendo mi casa”, dice Pedro el ‘Campero’ Álvarez

El exjugador del DIM y Nacional triunfó en EE. UU. Allí fundó una academia y es formador, pero apunta a la élite como estratega.

  • Pedro Álvarez dice que una de sus grandes satisfacciones es ver que sus alumnos son fichados por universidades. FOTO cortesía PA
    Pedro Álvarez dice que una de sus grandes satisfacciones es ver que sus alumnos son fichados por universidades. FOTO cortesía PA
04 de abril de 2020
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Para los hinchas de Medellín y Nacional el nombre de Pedro Álvarez es de grata recordación. Por su polifuncionalidad en la cancha lo apodaban “Campero”, en alusión a ese vehículo potente y todoterreno de bastante mercado en la década del 90.

Debutó como profesional en 1991 con el equipo rojo cuando tenía 21 años, un día de madres, con la misión de marcar a uno de los mejores delanteros de la época, Adolfo “Tren” Valencia, del Santa Fe. Su puesto natural era volante 8, pero las ganas de jugar hicieron que dijera sí cuando el técnico Jaime el “Flaco” Rodríguez le preguntó si estaba dispuesto a ser lateral derecho.

A partir de ese momento fue ganando espacio en el plantel escarlata con el que estuvo cinco años. Luego fue al Junior y después de una temporada lo fichó Nacional, elenco en el cual fue capitán y campeón. Allí permaneció durante cuatro campañas.

Luego pasó al Envigado y en 2001 lo contrató MetroStard, hoy Red Bull de Nueva York, donde lo dirigió Octavio Zambrano (ex-DIM). El preparador físico era Juan Carlos Osorio, hoy estratega verde.

Doce meses duró su experiencia en suelo estadounidense y vino al Once Caldas, equipo en el que cerró su carrera deportiva.

Actualmente el “Campero” Álvarez vive en EE. UU., donde va a completar 17 años de residencia. Es dueño de la academia de fútbol Orlando Stars, integrada por 250 jugadores entre los 4 y 19 años. Además, hizo un alianza con el Tampa Bay United Rowdies, del cual es director deportivo y maneja la representación en los torneos de la Florida.

Hace un año está casado con una paisa (Natalia) y dice que lleva una buena vida familiar. “Eso me da estabilidad emocional y tranquilidad”. EL COLOMBIANO habló con este exfutbolista de 49 años

¿Por qué eligió Orlando para vivir?

“Quería seguir trabajando con el fútbol y el clima de aquí es favorable, a diferencia de otros estados donde hay meses hace demasiado frío. Mi labor es netamente en lo deportivo, en la formación de futbolistas”.

¿Cuál es la misión específica de su academia?

“Llevar a los muchachos a que alcancen el mejor nivel futbolístico para que tengan ofertas de las universidades. Muchas veces me invitan a la firma del contrato y eso para mí es un momento de satisfacción, poder ayudarlos a cumplir su sueño. Si hacen un papel sobresaliente son fichados por los equipos de la MLS”.

¿Qué es lo que más extraña de Colombia?

“Muchas cosas, pero en sí el calor humano, aunque aquí hay muchas posibilidades de progreso. Jugué una década en el Atanasio con rojos y verdes, con momentos especiales de ambas hinchadas. Allá dejé amigos con los que comparto cada vez que voy. Medellín sigue siendo mi casa”.

¿Quisiera ser entrenador de un equipo profesional?

“Contemplo esa posibilidad, pero es una decisión que debo tomar y lanzarme a mi última etapa de preparación. He acumulado gran experiencia que me puede servir para dirigir a un nivel más alto. Pero gran parte de la preparación ya la tengo. En Colombia, en algunas ocasiones conversé con gente de equipos, pero nunca lo he considerado. Lo que sí tengo claro es que en un futuro quiero radicarme un tiempo allá y desarrollar una carrera como entrenador”.

¿Nota progresos en
nuestro fútbol?

“Hace falta una mejor estructura en los clubes, especialmente los grandes. Veo fallas en la confección de los programas formativos. Hay poca conexión entre la cabeza del plantel profesional y la divisiones menores. No existen conceptos unificados entre los técnicos. Hace mucho se dio un proceso exitoso en Nacional que ganó la Copa Libertadores del 89, con mayoría de jugadores formados allí. Cuando yo me estrené con el DIM venía de las bases, como la mayoría de compañeros. En eso hemos dado un paso atrás, es triste ver hoy que la mitad de las selecciones de Antioquia son pelaos de otras regiones. Sin pecar de regionalista, daba gusto ir allá como me sucedió cuando estuve en Nacional con Totono, Néider, León Darío Muñoz, Elkin Calle, Samuel Vanegas, que sin ser estrellas tenían bases del club. Eso se perdió y habría que retomarlo”.

¿Cuál es la tendencia hoy?

“Ahora todo se remite a que los jugadores quieren ser grandes lo antes posible y en cierta manera hay pereza para formarlos. Es triste ver que contratan gente de segunda división de Ecuador cuando en las fuerzas básicas hay 12 y 13 muchachos esperando una oportunidad. Prefiero no hablar más de eso...”

¿Y qué opina de la Selección Colombia?

Veo un poco complejo su proceso porque en este momento hay futbolistas que ya dieron lo mejor y no encuentro a otros que estén listos para asumir esa responsabilidad. Pero esto es normal, se vivió cuando nos quedamos sin los reemplazos de Freddy Rincón, Pibe Valderrama, hasta que llegaron James y Falcao. Ojalá no sea tan prologado el tiempo que debamos esperar para el recambio, como esa vez. Sin embargo, soy optimista”.

Wilson Díaz Sánchez

Comunicador social periodista de la U. de A. Sigo el fútbol profesional y aficionado, la gimnasia, el voleibol y las otras disciplinas del ciclo olímpico. Redactor de El Colombiano

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