El semblante de su rostro y el tono de voz del médico Laureano Quintero, director de la clínica Imbanaco, donde es atendido Freddy Rincón desde su accidente el pasado lunes, es poco alentador en cada reporte que hace sobre la salud del exfutbolista.
En la comunicación de cada parte médico es evidente la tristeza que tienen los especialistas al no notar evolución en la salud del exvolante de la Selección Colombia, quien sigue luchando por su vida.
Sus hijos Freddy Steven y Sebastián son positivos, piden mucha oración y no pierden la fe en que su padre, a quien siempre han visto lleno de energía y fuerza, va a salir adelante. “Hay una mínima esperanza”, le dijo Sebastián a la corresponsal del canal Win, y a eso se aferran.
Lo cierto es que aunque no se han dado detalles concretos de sus lesiones y afectaciones, el estado de salud de Rincón desde que ingresó a la clínica ha sido delicado.
En el último reporte dado por la clínica se menciona que “el paciente continúa en estado crítico, con manejo ventilatorio, hemodinámico y bajo monitoreo permanente pero su evolución no ha sido favorable”.
EL COLOMBIANO habló con el médico Luis Alfredo Villa López, especialista en cuidado intensivo neurológico y docente de la Univesidad de Antioquia, quien mencionó las posibles secuelas que accidentes de este tipo dejan en las personas que sufren un trauma craneoencefálico severo.
Con su experiencia, el galeno afirmó que, sin conocer la historia clínica de Rincón ni detalles del manejo que le han dado los especialistas, comprende que la situación del exjugador es compleja y seguramente las secuelas del accidente serán delicadas (ver gráfico).
Mientras se conocen nuevos detalles de la evolución del “Coloso” de Buenaventura, su familia y amigos piden orar para que salga adelante de este duro momento