El aplauso duró dos minutos, sonoro y sostenido. Atrás, en la última fila, Darío seguía atento, en silencio, cada movimiento de su hijo, mientras que María Eugenia, la mamá, acompañaba los aplausos de forma intermitente para poder también dejar inmortalizado con su celular el momento en que David le decía adiós al club al que le entregó nueve años de su vida profesional y al que le ayudó a escribir capítulos que, sin su presencia, no hubiesen sido posibles.
David González cerró ayer su capítulo con el cuadro rojo. Sin lágrimas, aunque el espontáneo gesto de la prensa y los empleados del club estuvieron cerca de hacerlo derramar algunas que él sorteó con una sonrisa.
Lo de David ayer fue un ejercicio de sinceridad y catarsis. Sin tener que apelar en ningún momento a subir el tono, hacer recriminaciones molestas o pronunciar palabras malsonantes, dejó de manifiesto su pesar por tener que abandonar la institución, así como el dolor por marcharse sin argumentos claros por parte de los directivos.
“Si el tema hubiera sido económico me hubieran ofrecido una rebaja de salario o decir ‘hay esto. Lo toma o lo deja’. Pero ni eso. Lo que hubo fue un ‘gracias por estos cinco años, pero hasta aquí llegamos”, dijo David ante la presencia de Juan Bernardo Valencia, gerente del club, que eludió reiteradamente los interrogantes sobre los argumentos para tomar la decisión, mientras Raúl Giraldo, máximo accionista del club, presenciaba sentado en la última fila.
Gratitud con el pueblo rojo
Aunque no hubo presencia de hinchas, González se explayó para agradecer a la afición su retorno al DIM en 2015.
“En realidad esa llegada no iba a ser posible a no ser por la presión que ellos metieron. Ya después por lo que yo pude hacer en la cancha no hubo más remedio que seguir renovándole el contrato al viejo. Pero es por ellos que estoy acá”, aunque luego reseñó lo que cree fue un factor que incidió en su salida.
Sin embargo, consideró que la fractura que hubo con una parte de la hinchada propició la determinación de no renovarle el contrato.
“Pienso que el distanciamiento que hubo este último semestre, no de todos, porque hubo un apoyo incondicional de una gran parte de la hinchada, pero ese distanciamiento hizo que se facilitaran las cosas para tomar la decisión (...) me da tristeza porque hubiera querido en todo momento poderle responder a todos los hinchas”.
Se va, dijo, sin deudas o rencores. Aunque reconoció que nunca pensó irse así y a pesar de haber recibido desaires incomprensibles de la directiva roja como cuando el club deshonró su palabra con él. Contó que pese a haber llegado a un acuerdo en 2018 para renovar dos años, el día que cerraron la negociación era tarde y no había quien firmara el contrato. Estrecharon manos y quedaron en firmar cuando volvieran de un viaje. Sin embargo, un mal resultado en Barranquilla y la eliminación en Copa fueron los argumentos de la directiva para cambiarle los términos.
“A lo mejor me faltó un poquito de astucia de ir a firmar el contrato inmediatamente. Simplemente esperamos el partido ante Palestino en el cual quedamos eliminados, y cuando fui a la oficina a hacerlo me dijeron que las condiciones cambiaban, que no eran dos años sino uno”.
Pero a pesar de estos momentos amargos y habiendo marcado una historia de éxito inigualable, lo más valioso que dijo llevarse es el respeto de tantas personas y el ejemplo que deja.
“Cobra sentido lo que uno le escucha decir a los técnicos de que la mayor recompensa es que alguien reconozca que aprendió algo de vos. Mirar esos mensajes (de decenas de compañeros) y sentir que esas palabras salen del corazón de esos muchachos que supieron valorar lo que les enseñé, es espectacular”, proclamó.
Al final, los empleados del club hicieron fila para una foto con el flaco de 1,93 metros que, fiel a su estilo, fue respetuoso y paciente con decenas de periodistas que asistieron al encuentro, ante la mirada atenta de sus papás, que, según David, tienen todo el mérito detrás del profesional que ayer se fue pero que espera volver algún día a su rojo amado.
675
minutos permaneció invicto en 2002 para marcar el récord histórico en el club.