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“A Caterine le da para Tokio-2020 y mucho más”

Así dice la profesora cubana Regla Sandrino, que entrenó a la atleta que apunta a una tercera medalla olímpica.

  • Caterine ha dicho que su mente está enfocada en Tokio-2020. Allí buscará ganar su tercera presea. Sandrino no lo duda. FOTO AFP
    Caterine ha dicho que su mente está enfocada en Tokio-2020. Allí buscará ganar su tercera presea. Sandrino no lo duda. FOTO AFP
  • Regla Sandrino
    Regla Sandrino
16 de marzo de 2018
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Regla Sandrino lleva 10 años sin dirigir a Caterine Ibargüen, y aunque dice que conocerla como a la palma de su mano son palabras mayores, sí asegura que lo vivido con la atleta permite ilusionarse con más alegrías.

La cubana reconoce que retornó a Medellín motivada por el talento que vio en aquella deportista cuando apenas era una juvenil. Confiesa que la disciplina férrea que halló en Caterine la ha visto en pocos deportistas desde que es entrenadora de atletismo.

Después de sembrar bases en ella, Caterine, quien se asentó en Puerto Rico en 2008, y empezó a entrenar bajo las órdenes del cubano Ubaldo Duany, alzó vuelo para alcanzar la gloria internacional en el salto triple.

En su palmarés, la nacida en Apartadó suma cuatro medallas mundiales (dos oros, una de plata y un bronce) y dos olímpicas (oro y plata).

Para Regla, Caterine, de 34 años, aún tiene la capacidad de imponer condiciones, más allá de las lesiones que viene arrastrando (molestia en el tendón de Aquiles) y de las sólidas rivales que se cruzan en su camino, entre ellas la venezolana Yulimar Rojas. A dos años para los próximos Olímpicos, Sandrino confía en que la colombiana será una firme aspirante a la presea dorada. “Ante las duras pruebas se crece”, comenta.

¿Qué valora de Caterine?

“Le decía que era terca. Y qué bueno ser así, siempre y cuando se esté por el camino correcto. Quien se comporta así logra lo que se traza. Para mí la terquedad es sinónimo de tenacidad, y eso lo tiene ella”.

¿Por qué dice que es terca?

“Mire, ella aprendió de mí y yo de ella. Siempre se mostró como una mujer irreverente. Me hacía trampa una, dos y tres veces, hasta que le dije que conmigo no entrenaba más. Pero se dio cuenta de sus errores y entendió que las cosas no se conseguían con facilidad”.

¿Es que era facilista?

“A mis alumnos les enseño a coger el toro por los cachos, que comprendan que si hay sol, llueve o hace frío hay que entrenar con amor y voluntad, esto a ella le sobra. Al comienzo quería que todo se le diera fácil. Le ponía diez abdominales y decía: ‘ya terminé’, pero mentira, hacía ocho. Me respondía: ‘Sandri es que estoy cansada’. Un día tuvimos una charla. La manifesté que para llegar a un objetivo se debía tener ganas, actitud y disciplina. Me dijo: ‘no me vuelvo a robar ni una abdominal más’. Ese empeño que le pone es el que le ha permitido salir adelante pese las adversidades”.

Frente a esto último, ella se está recuperando de una lesión, ¿cree que puede llegar bien a Tokio-2020?

“Esa muchacha tiene aún larga vida en el deporte, le da para Tokio y más. Cada persona es impredecible, pero Cate tiene con qué responder, su talento es admirable. Como la conozco, puedo decir que si sigue con su buena planificación le da para estar en la pelea en los Juegos de 2020 y en los de 2024”.

Pero hay que tener en cuenta que el triple es una prueba de alto impacto y que la deportista ya tiene 34 de edad...

“Todo atleta que entrena en el alto rendimiento, a esos grandes niveles, sufre de lesiones, no hay quien se salve. Pero ahí está la cultura de aliviar tu cuerpo, de cómo manejar las cargas de trabajo, de la labor entre el deportista y el entrenador. ¿Cuántas veces Caterine no ha ganado con molestias físicas? Lo que pasa es que tiene un cuerpo y una mente fuerte que le responden”.

¿No es para preocuparse la lesión de ahora?

“El problema que tiene hoy en día no es tan relevante; sí hay que tener cuidado. En cuanto a la edad esta no le hace mella. Lógico que todo tiene un tiempo, pero ella se cuida, es correcta con lo que hace, no es compatible con las diversiones de muchos jóvenes de ahora, sabe que tiene que madrugar al día siguiente, sabe lo que quiere, disfruta lo que hace”.

¿Qué juega a su favor?

“Posee la maestría en la prueba del salto triple. La experiencia la logró con una buena base con el profesor Wílder Zapata-. En el atletismo pasa como en la universidad, hay gente que llega allí sin tener una buena formación en el colegio, pero Caterine hizo un estudio previo. Estuvo bien trabajada, supo gatear y caminar para luego correr”.

¿Qué otro factor influye?

“El binomio que tiene. Con su entrenador Ubaldo Duany hace una gran dupla. Para que las cosas fluyan y sean lindas, debes tener entendimiento con la otra persona, y esto lo tiene con él. Además le favorece su poder mental, quiere seguir haciendo cosas grandes, no se conforma, compite para ganar, es inteligente. Ese deseo le permite mantenerse firme en la élite, por eso le digo que es terca, porque siempre quiere más”.

¿Cuál es la clave para estar sólida?

“Tener con qué y conectarte con lo que quieres. En la vida deportiva hay que privarse de muchas cosas. Hacer sacrificios, pero como ella y Ubaldo tienen estructurado lo que buscan, nada es impedimento para luchar por ello. Ella es juiciosa, responsable y berraca, por eso está donde está. Si para mejorar un gesto técnico deben hacer mayores esfuerzos, no les importa, esa es su prioridad”.

¿La irrupción de Yulimar Rojas genera en Caterine más deseo de superarla y superarse, luego de tener la hegemonía mundial?

“Claro, la llena de motivación. Caterine tiene una mente poderosa, un gran temperamento, y se prepara para superar desafíos. Yo le decía: usted no es la mejor pero sí la menos mala. Ella entiende que cuando se está a ese nivel hay que cometer el mínimo de errores para triunfar. De las derrotas también aprende. Posee algo bonito: equilibrio, y este le permite no perder su alegría”.

¿Cree que Ibargüen sí puede imponer la marca mundial de triple que está en 15.50 en poder de Inessa Kravets desde 1995?

“Sí, y más con la rivalidad que halló con Yulimar, pues constantemente la está desafiando a ser mejor. Con la preparación que ha tenido y porque vino de abajo, permite soñar con ello y más, ella prioriza lo que desea. Refleja optimismo”.

¿Qué fue la mejor enseñanza que le dejó Caterine?

“Que a pesar de su irreverencia, se puede ser alegre y profundo, que no se puede perder el entusiasmo, la esencia. Que tengo que tener inteligencia y paciencia para entender la naturaleza de cada persona”.

6

de 9 pruebas ganó Ibargüen en 2017. No compite desde

el 24 de agosto de ese año.

15.31

metros es el récord personal

de Caterine Ibargüen

logrado en Mónaco-2014.

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