Con solo 12 años, Mariana Isabel Higuita Barraza ha tenido que tomar decisiones que muy pocos de su edad siquiera pensarían. Y aceptarlas.
Una de esas fue el tener que separarse de su mamá, Paola Karina Barraza, para hacerse un futuro en el tenis, deporte por el que suspira.
Esta adolescente, oriunda de Sabanalarga, Atlántico, reside hace dos años en Medellín luego de que sus padres decidieran trasladarse a la ciudad para que su hija creciera más en esta disciplina.
Mariana, quien se inició por el “deporte blanco” a los 5 años, entrenaba en Barranquilla, pero cuenta Luis Alberto, su papá, que “hubo un momento en el que sentimos que la niña no avanzaba y más bien estaba retrocediendo, entonces con la mamá decidimos movernos para que ella pudiera mejorar y como soy de Frontino nos quedaba más fácil llegar aquí”.
Cuando le expusieron la idea a Mariana no dudó un segundo en aceptar; sin embargo, ese cambio le costó tener que alejarse de su mamá que, por asuntos laborales, se tuvo que quedar en Sabanalarga.
“Hablamos sobre lo que iba a pasar, pero asimiló muy bien las cosas y aunque físicamente estemos separados, permanecemos unidos, nos comunicamos por video llamadas y viajamos constantemente para compartir juntos”, expresa Luis.
Una de esas razones para reunirse es, precisamente, los campeonatos a los que Mariana asiste, como la Copa Ciudad de Medellín, evento en el que la menor participa en el cuadro del torneo de la Confederación Suramericana de Tenis, conocida como Cosat, y en el que ayer clasificó a la final de la categoría 14 años.
En la semifinal, la joven raqueta venció 6-2 y 7-5 a la casanareña Sofía López.
“El primer set lo jugué muy bien, pero el segundo se me estaba complicando, Sofía hacía muchos globos, pero gracias a Dios los pude controlar”, manifestó la jugadora del registro de la Liga Antioqueña de Tenis.
Fue en esos momentos de presión en los que su mamá le transmitió calma fuera de la cancha. “Paciencia hija. Muévete, no te quedes quieta para que puedas responder. Ánimo, yo creo en ti”, fueron las palabras de aliento de Paola, quien escondía una aparente tranquilidad.
“Esto es muy difícil, uno quisiera meterse en la cancha para ayudarles, pero hay que darles confianza para que logren todo lo que se proponen”, comenta la progenitora, que junto a Luis y Carlos Héctor Zuluaga, su entrenador, la vieron clasificar a su primera final Cosat.
“Es debutante en este torneo, se ha medido a niñas más grandes que ella y verla ganar nos llena de mucho orgullo”, afirma Luis Alberto.
En el partido por el título del torneo suramericano, Mariana se medirá a otra colombiana: Laura Galeano, con quien no se ha enfrentado.
Carlos Héctor y Luis coinciden que en esta final, Mariana deberá sacar a flote sus principales características: la velocidad y el juego agresivo.
“Ella tiene una derecha muy fuerte y potente, el golpe de revés lo estamos perfeccionando para que también se convierta en una de sus habilidades”, explica el entrenador de la estudiante de séptimo grado de la Institución Educativa Marco Fidel Suárez.
De vencer hoy, en el Club Campestre, Mariana completará un año dorado tras lograr, junto a Valeria Amorocho, y Valentina Mediorreal (Bogotá) el título del Suramericano sub-12 en Argentina.