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El paisa que desafió la carrera más salvaje del mundo

Santiago Pinto se convirtió en el primer atleta colombiano en disputar la Barkley Marathons. Espera regresar.

  • Pinto, en su faceta de paseador canino. Luchará para volver a la Barkley Marathons y terminarla. FOTOS MANUEL SALDARRIAGA Y CORTESÍA
    Pinto, en su faceta de paseador canino. Luchará para volver a la Barkley Marathons y terminarla. FOTOS MANUEL SALDARRIAGA Y CORTESÍA
  • Santiago Pinto hizo historia al convertirse en el primer nacional que participó en la carrera más difícil del mundo.
    Santiago Pinto hizo historia al convertirse en el primer nacional que participó en la carrera más difícil del mundo.
  • Santiago Pinto y Lazarus Lake, el hombre que creó la Barkley Marathons, fascinante y cruel a la vez. Nadie la terminó este año.
    Santiago Pinto y Lazarus Lake, el hombre que creó la Barkley Marathons, fascinante y cruel a la vez. Nadie la terminó este año.
  • Sin senderos marcados, y una gran dificultad topográfica, se desarrolla la competencia estadounindense.
    Sin senderos marcados, y una gran dificultad topográfica, se desarrolla la competencia estadounindense.
  • La inscripción en Barkley Marathons cuesta un dolar con 60 centavos y una placa de tu país. La de Colombia ya se exhibe allí.
    La inscripción en Barkley Marathons cuesta un dolar con 60 centavos y una placa de tu país. La de Colombia ya se exhibe allí.
17 de abril de 2019
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Cada vez que da un paso adelante, a Santiago Pinto le es imposible dejar de tambalear.

Los siete caninos que lleva amarrados en los mosquetones de un lazo que cuelga en su cintura le hacen mantener un ritmo acelerado.

Sus manos, ya no tan blancas debido al sol que lo golpea cada mañana, pero sí ágiles como apretando los botones de un control de playstation, quedan libres para impedir que los animalitos se enreden mientras los saca a caminar y trotar, para que no tengan contacto con otros perros bulliciosos, y para recoger en una bolsa las “trampas” blanditas que estos dejan en el recorrido.

Es dueño de Beto, de raza beagle, y Mona, una criolla, y en su labor de paseador canino también le pagan por cuidar a Lulú, Mily y Fiona, tres border collie; Coco, un west highland white terrier, y Chester, otro criollo que fue adoptado de la calle.

En su pie derecho resaltan dos mordiscos de los que fue víctima. Hace tres meses, durante una rutina diaria, un boxer se le abalanzó. Hasta una de las mascotas que protege sufrió el sorpresivo ataque por el sector de San Lucas (Loma del Chocho, Envigado).

Su labor parece complicada y de paciencia, pero en realidad es un oasis en comparación a la otra pasión que ejerce: el atletismo de montaña.

En la Barkley Marathons

Ya ha estado en competencias en Colombia, como 7 Cerros; también en Ecuador y Francia. Allí, con el caleño Hugo Gómez se convirtieron en los primeros nacionales en darle la vuelta al Mont Blanc, tras 300 km y 140 horas de duración.

Sin embargo, pese a su dureza, esas carreras no se comparan con la que acaba de desafiar: la Barkley Marathons 2019, considerada la ultra maratón más difícil, despiadada y salvaje del mundo, la cual, en 34 años de existencia, solo la han podido terminar 15 personas.

Lograr ser aceptado para competir en ella es un honor, o quizá un castigo.

“Siempre intentamos elegir a la gente que tiene sus propósitos y no a los que quieren impresionar a alguien”, expresó recientemente a un medio estadounidense el creador de la prueba, “Lazarus Lake”, cuyo nombre de pila es Gary Cantrell, y quien con barba espesa y camisa de leñador se asemeja a un Papá Noel.

La creación de la competencia se remonta al fallido escape de James Earl Ray, el supuesto asesino de Martin Luther King Jr., el activista que desarrolló una labor crucial al frente del movimiento por los derechos civiles para los afroestadounidenses.

Ray, tras nueve años en la penitenciaría Brushy Mountain, en el estado de Tennessee, se fugó con siete reclusos más, pero en los 97 kilómetros cuadrados del parque estatal Frozen Head, que queda cerca de la prisión, las montañas, el cambio de desnivel positivo de 16.000 metros, que equivale a subir y bajar el Monte Everest dos veces, la vegetación con espinas, que chuzan y cortan, y el frío que congela por las bajas temperaturas, solo avanzaron ocho millas (13 kilómetros) y estuvieron perdidos 54 horas.

Lazarus no comprendía cómo un hombre podía avanzar tan poco luego de ir en busca de la inmerecida libertad, e inspirado en aquella vivencia creó la Barkley Marathons, pero con una distancia de 100 millas (unos 160 km), 20 por vuelta (como 32 km), para demostrar que sí era posible encontrar la salida a ese tenebroso lugar.

“Te sientes vulnerable”

“Dicen que es una carrera para sádicos y comprobé que sí. Las temperaturas son bajo cero, el lugar es peligroso, no sabes con qué te puedas encontrar, no hay senderos marcados. Hay culebras, coyotes, osos... No puedes llevar celular, reloj, GPS, solo mapa y brújula”, explica Pino.

“En realidad te sientes vulnerable, lejos de todo. El barbudo dice: “La única forma, si te pierdes y te pasó algo, es que te encuentren los perros por el olor podrido de tu carne. Después de 60 horas sin nadie saber de ti solo te pueden empezar a buscar”, describe Santiago, quien pese a su buena preparación física y mental, se vio obligado a retirarse en la primera vuelta.

“Para completar cada giro tienes 12 horas. Lo terminé en compañía de un japonés en 9:50, y tenía 10 minutos para comenzar, de noche, la siguiente vuelta al lado de él porque este hacía parte de la carrera por segunda vez”.

Pinto relata que comió rápidamente una sopa de espaguetis, papitas de limón, Coca-Cola y un Red Bull, pero al mirar para el campamento del asiático, este ya había partido.

En medio del desespero por alcanzarlo, cogió su morral, pero se dio cuenta de que había dejado el mapa hasta que alcanzó al otro competidor. “Fue un grave error, pues en esta carrera se necesita navegación, y el mapa, cuyas pistas solo están en inglés, es vital para poder seguir adelante, entonces el otro deportista no se puede quedar esperándote si tienes algún percance pues pierde tiempo importante”, relata el antioqueño de 32 años.

Tranquilo con la decisión

En ese momento tomó la decisión de retirarse. “Es que es un bosque denso, con poca visibilidad, muchos acantilados. Pensé en mi esposa (Gabriela Robayo), en mis hijos (Beto y Mona) y en mi salud, pues vale más la vida que arriesgarme, ya que sin mapa no tenía cómo defenderme”.

Pero Pinto, primer colombiano en la cita en la que solo pueden estar 40 corredores de todo el mundo tras una inscripción secreta (ver informe), dice que luchará por regresar.

“Lazarus tiene un poquito de locura, pero positiva. Indica que no hace la carrera para que la gente la termine sino para que fracase. Esto permite que se vuelvan mejores personas, para que aprendan a sortear las dificultades en la vida. Si eres lo suficientemente bueno la culminarás, algún día volveré. Terminé en paz por retirarme en el momento indicado, me perdoné por el error cometido, sentí orgullo de lograr ganar el cupo y tener el valor de pararme en el sitio de la salida”, asegura.

Santiago continúa su andar al lado de los animales que llenan de mayor alegría sus días y que le permiten mantener su buen estado físico para seguir asumiendo retos que lo hacen un hombre valiente.

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