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Deberíamos empezar por decir que la reconciliación en sí es un arte. Es uno que suma otras artes como el arte del saber escuchar, el de dialogar, el de ceder y conceder, el de pactar, el de ser solidarios y dejar de pensar en lo que uno quiere para sí y entender que debe ser sustituido por el arte de lo que más conviene a los demás, que lleva al arte de los proyectos futuros y comunes, a saber familia, pueblos, patria y progreso, entre otros. Es el arte de la Paz.
El arte de la Reconciliación es visionario, emocionante y a él deberíamos llamar a todos a participar y en él dar rienda suelta a todos nuestros sueños. Os garantizo que hasta el más pequeño de los inseguros ciudadanos sentiría cuan capaz es de ser artista.
El problema es que las reconciliaciones...
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