Tal vez una comparación sirva para entender la magnitud de la noticia de la muerte de la diseñadora británica Mary Quant: ella tuvo para la moda la importancia que The Beatles tuvieron para la música pop del siglo XX.
Y no se trata de una exageración: la minifalda, su más popular invento, le dio forma y vértigo a la revolución sexual de mediados de los cincuenta y todos los sesenta.
De alguna forma, la diseñadora prendió la mecha para que las mujeres jóvenes no tuvieran que vestirse con los atuendos de sus madres y de sus abuelas.
Quant nació el 11 de febrero de 1934 en Londres. Desde muy pronto su nombre se asoció un tipo de vestuario femenino que se alejó de los cortes rígidos de la tradición. Además, impulso el modelo de belleza que es el que impera hoy en las pasarelas del mundo: una mujer muy joven, delgada y alta. La primera supermodelo en esa línea fue Leslie Lawson, recordada por su sobrenombre de Twiggy –ramita–.
Además, desde entonces, el buen vestir ha estado asociado a la informalidad y la juventud. Quant es uno de los referentes del movimiento cultural conocido con el nombre del “Swinging London” –la movida de Londres– y en cuyo seno se gestó el rock.
Quant fue estudiante de artes plásticas antes de ingresar al mundo del diseño y del vestuario. “Su moda, económica y extremadamente joven, fue un éxito desde el principio. Los vestidos de Quant, rectilíneos y simples gráficamente, podían lucirse de día y de noche”, se lee en el libro Moda, el siglo de los diseñadores, de Charlotte Seeling.
Aunque sigue abierto el debate sobre si la minifalda salió de los trazos y cortes de Quant o del francés André Courrèges, lo cierto es que la prenda materializó un momento de la cultura de occidente. “Mary Quant sintonizó por completo con su tiempo: trajes pantalón, minishorts, leggins de colores y cinturones bajos. Todo lo que lanzaba sintonizaba con el espíritu de la década”, continúa Seeling.
“Resulta que mis prendas se correspondían exactamente con la moda adolescente, el pop, los bares de café expreso y los clubes de jazz”, escribió la modista en Quant by Quant, su primera autobiografía. Además, afirmó en 2019, “Estaba en el lugar apropiado en el momento adecuado”. Algo muy similar a lo dicho por Bob Dylan cuando los periodistas le preguntaron por la escritura de Like a Rolling Stone.
En el tramo final de su vida, Mary Quant no se mostraba en público. Tenía un hijo, Orlando, y tres nietos. Sus familiares afirmaron que falleció “apaciblemente” en el condado de Surrey (sur de Inglaterra).