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Es un misterio como la selva impone sus ritmos. Parece ser todo lo contrario a lo contenido, a lo construido, a lo establecido, pero incluso para la libertad hay reglas, esquemas y orden si se quiere mantener una especie de equilibrio, y sobrevivir.
La analogía que plantea Distrito Salvaje, la primera producción colombiana de Netflix, se reitera con cada capítulo: la jungla, al menos la que plantea su creador Cristian Conti, productor de La Cara Oculta (2011) y Desde la Oscuridad (2014), no se conquista subiendo a la Torre Colpatria o el BD Bacatá. Aflora al adentrarse en las calles, sus arterias, donde la fragmentación social se hace más notoria y donde alguien nuevo no siempre es bienvenido.
Juan Pablo Raba hace de Jhon Jeiver (Jei Jei), un reinsertado de la guerrilla que está buscando adaptarse a la capital, su nueva selva. Mientras intenta llevar una vida tranquila y pasar la página, hace tratos con la ley para destapar ollas podridas del que era su mundo para sobrevivir.
Allí hace equipo con la implacable teniente Giselle Duque, interpretada por la mexicana Camila Sodi, y se termina convirtiendo en una ficha fundamental para la investigación de la fiscal Daniela León, rol que asume la colombiana Cristina Umaña.
A la carga
Son ellas las que se imponen ante el caos en una ciudad en la que cada cosa parece fuera de lugar y hacen que las cosas sucedan. Nadie se las pone fácil, pero son personajes contundentes y tenaces, que no descuidan la humanidad.
La fiscal lleva gran parte del peso de la historia. Es mamá, esposa y asume el reto de desarticular una célula de corrupción. En ese proceso la amenazan y la intimidan, y ella continúa.
“Siento que los personajes femeninos son muy pares con los masculinos. Son también grandes protagonistas en el sentido de que toman decisiones y esas determinaciones tienen giros dramáticos dentro de la historia, eso me parece interesante. Está la línea central que es la de Jei Jei, pero paralelo a eso hay líneas dramáticas femeninas importantes que hacen que la serie tenga giros interesantes”, cuenta Umaña.
También sucede con Giselle Duque. La teniente se muestra como un ser entregado a su trabajo, con una coraza dura. Debajo guarda un gran dolor, pero permanece firme ante las circunstancias.
Es la primera vez que Camila Sodi asume un rol con estas características. Su más reciente incursión en la televisión fue interpretando a Erika, la novia coqueta y estilizada del cantante Luis Miguel, en la serie de Netflix que narra su historia de vida.
“Es muy fácil estereotipar a las chicas, nos pasa mucho. A nosotras nos ponen en un nicho y es difícil que nos saquen de ahí. Entonces de repente salir y decir, puedo ser esto y lo otro. Es increíble tener todos estos matices”, comenta la actriz mexicana.
Dos temas delicados
Aunque se trata de una ficción al 100 por ciento, la reinserción de un excombatiente es el motivo principal mediante el cual Distrito Salvaje se desarrolla. Es un tema que aún es espinoso en el país, una coyuntura polarizante.
Verónica, el personaje al que Paula Castaño le da vida, representa la capacidad de ver más allá del pasado. Es ella, principalmente, quien valora a Jei Jei desde sus sentimientos. Aunque va a encontrar ciertas sombras en él, todas relacionadas con lo que vivió como guerrillero, ella procura entenderlas así le afecten.
“Apenas vamos a entrar al tema de enfrentarnos a una persona que está reinsertada en la sociedad, venga de donde venga. Creo que en la serie va a haber una transformación muy importante que va a atrapar al público: ¿Cómo vamos a manejar esa sombra y qué vamos a hacer? ¿La vamos a aceptar o no?”, dice.
El posconflicto es un tema que se toca, pero toma más peso un mal común que pareciera ser el origen de tantos otros. “Siento que el posconflicto es parte de nuestro presente, pero el problema que realmente nos atañe es la corrupción, porque es el que crea toda la desigualdad, la que hace que existan estas situaciones con la guerrilla”, señala Cristina Umaña.
Después de la inconformidad que han causado producciones como Narcos (también de Netflix) a la audiencia en el país, esta apuesta busca ser distinta. “Hemos buscado todas esas otras historias que hay en este país más allá de Narcos –cuenta Reed Hastings, CEO de Netflix–. Esta es una historia que funciona como una parábola para muchas personas. Al hacerlo bien pueden salir temas humanos poderosos”
Periodista que entiende mejor el mundo gracias a la música, que atrapa cada momento que puede a través de su lente fotográfico y a la que le fascina contar historias usando su voz.