<img height="1" width="1" style="display:none" src="https://www.facebook.com/tr?id=378526515676058&amp;ev=PageView&amp;noscript=1">

Generación — Edición El Cambio
Cerrar
Generación

Revista Generación

Edición
EL ENCARGO INEVITABLE

En este número nos embarcamos a explorar la forma en que miramos la política, casi siempre como un duelo entre izquierda y derecha, y cómo está cambiando la geopolítica del poder global. Y nos preguntamos por nuestras relaciones con los animales, al tiempo que reflexionamos sobre las representaciones de series como Griselda, el cine hecho por mujeres y los nuevos espacios para el arte que se abren en Medellín.

  • Después de 207 años, dibujos de la Expedición Botánica de Mutis visitan Medellín
  • Después de 207 años, dibujos de la Expedición Botánica de Mutis visitan Medellín
  • Después de 207 años, dibujos de la Expedición Botánica de Mutis visitan Medellín
  • Después de 207 años, dibujos de la Expedición Botánica de Mutis visitan Medellín
  • Después de 207 años, dibujos de la Expedición Botánica de Mutis visitan Medellín

Después de 207 años, dibujos de la Expedición Botánica de Mutis visitan Medellín

23 dibujos originales, dos estampas naturales y tres ejemplares de herbario llegaron desde Madrid. Se ven en la exposición Mutis, la Expedición continúa, que se abre mañana al público en el Museo de Antioquia.

Mónica Quintero Restrepo | Publicado

Hace 207 años los dibujos y el material de la Real Expedición Botánica de José Celestino Mutis fueron enviados a España tras la reconquista española, pues el gobierno del entonces general Pablo Murillo los catalogó como parte del foco independentista. Desde entonces, las seis mil piezas las ha resguardado el Real Jardín Botánico de Madrid, que esta semana, junto al Jardín Botánico de Medellín y al Museo de Antioquia, trajo de visita a la ciudad 23 dibujos originales, dos estampas naturales de Francisco José de Caldas y tres ejemplares del herbario de Mutis.

La exposición se llama Mutis, la expedición continúa y exhibe por primera vez estas piezas en Medellín. Ya habían estado una vez en Bogotá, aunque no fueron tantas. Por eso la importancia de este regreso, para recordar el nacimiento de la ciencia en el país y esos primeros intentos científicos por documentar y comprender la riqueza natural y generar una reflexión sobre la biodiversidad actual: Colombia es el segundo país más biodiverso del mundo, con 50.000 especies registradas y cerca de 31 millones de hectáreas protegidas, equivalentes al 15 % del territorio nacional, según cifras del Ministerio de Ambiente.

La exposición, dice Marcela Pérez Ramírez, curadora de la muestra junto a Dubán Canal Gallego, del Climate and Land Use Alliance, y Esther García Guillén, del Real Jardín de Madrid, que además del valor cultural, porque las piezas son obras de arte en sí mismas, el valor fundamental es científico: es el testimonio de la diversidad del país en el siglo XVIII. Esos científicos liderados por Mutis tenían la intención de catalogar toda la flora del territorio y estaban, no descubriendo porque la comunidad conocía muchas y eran parte de su día a día, describiendo las especies de entonces.

Las piezas fueron seleccionadas por una comisión honoraria de científicos de Colombia y España, con conocimiento en las plantas del país y experiencia en la Real Expedición Botánica. Esteban Manrique Reol, director del Real Jardín Botánico de Madrid, explica que tuvieron en cuenta la belleza del dibujo con lo que representa para la biodiversidad colombiana, con la intención de generar en los visitantes consciencia de conservación.

Lea más: El estudio de Cecilia Espinosa Arango

De ahí precisamente que la exposición lleve en su nombre la palabra continúa, porque a partir de esas piezas que tienen tantos años, y como parte de la celebración de los 50 años del Jardín Botánico de Medellín y los 140 del Museo de Antioquia, quieren poner la conversación en el presente. El ser humano depende de la biodiversidad y hay actualmente riesgos y procesos de deforestación que la ponen en peligro, dice la curadora Marcela, quien además es la directora de educación y cultura del Jardín Botánico de Medellín. La exposición busca movilizar a las personas, que se apropien, aprendan y conozcan.

La selección también pensó en ello, en que representara la diversidad, así que hay hongos, arbustos, está la orquídea que es la flor nacional, plantas alimenticias. Es la representación, dice ella, de lo que hay en el país. Incluso hay una sección de plantas en riesgo de extinción como el Centropogon pinguis E. Wimm, las zamias y las palmas de cera. Estos riesgos hacen que los dibujos y la fotografía se vuelvan relevantes (y causen preocupación): será la única manera de observarlas y estudiarlas si se extinguen.

El recorrido

Se trata de un viaje que va cambiando de altura para mostrar los cambios que hay en especies, en colores, en formas. Desde los cero metros sobre el nivel del mar hasta llegar a los páramos, donde encontrará al frailejón, por ejemplo. A los dibujos los acompañan artistas contemporáneos que hacen reflexiones modernas como la ilustradora Elizabeth Builes, que dibujó en las paredes algunas especies que van guiando y explicando ese cambio de altura. Otros son Alberto Baraya, Camilo Echavarría, Edwin Monsalve, Liliana Angulo y Abel Rodríguez. Además hay otros herbarios del Jardín Botánico y de otras instituciones como universidades, academias y museos de Colombia y España como los herbarios Nacional Colombiano y el Joaquín Antonio Uribe. La directora del Museo, María del Rosario Escobar, precisa que se trata de conocer la Expedición y disfrutar un recorrido en distintos pisos térmicos y ecosistemas. Es redescubrir ese trabajo científico.

Después de 207 años, dibujos de la Expedición Botánica de Mutis visitan Medellín

La muestra que se expone en la sala Historias para Repensar del Museo de Antioquia tiene tres ejes conceptuales. El primero es Bosques de Colombia: desde Mutis hasta hoy, en el que se habla de las plantas que habitan el país y que Mutis describió en su expedición. El segundo es Historia, arte e identidades: José Celestino Mutis, Francisco Antonio Zea, Francisco José de Caldas, José Jerónimo Triana, José Cuatrecasas-Arumí, Enrique Pérez Arbeláez y Santiago Díaz Piedrahita, que reflexiona sobre la botánica en el país desde protagonistas de la Expedición hasta científicos que han sido fundamentales en la historia. El tercero es Narrativas emergentes: otras interpretaciones de la naturaleza en Colombia, con el que hacen un llamado a la acción social y a la construcción de conversaciones sobre la vegetación misma o los conflictos socioambientales.

Puede leer más: “Es un momento de agravamiento de la guerra contra la vida”

Las piezas

Los 23 dibujos originales son obras de arte, una reproducción precisa. La curadora Esther García Guillén comenta que hay que mirar incluso desde el color del papel, que era especial, se utilizaba el mismo para hacer los mapas. Son dibujos con armonía, muy simétricos, algunos hechos por un solo artista, otros por varios dibujantes, en tanto se especializaban en técnicas distintas.

No se trata de una planta, sino del arquetipo, para poder describirla. Sobre la técnica comenta que trabajaban por ejemplo la miniatura, con pinceles de pelo: se puede ver puntito por puntito el detalle.

En la colección completa que está en Madrid hay dos mil dibujos, lo demás son bocetos, cuadernos en los que se ve todo el proceso de los dibujantes: podían hacer muchos herbolarios en diferentes momentos, con flor, con fruto, sin él. Era un verdadero laboratorio, dice ella.

Entre las piezas más interesantes (aunque no hay cómo escoger) están las realizadas por el sabio Caldas, las dos estampas naturales conocidas como ectypas. Caldas no sabía dibujar ni tenía dibujantes, su método era muy distinto. Esteban Manrique señala que era una técnica que copiaba, en la que entita la planta y la prensa, y toda la silueta queda como un sello. Ya luego la llevaba al laboratorio y podía hacer muchas cosas, como colorear. Es una reproducción muy fiel, como un negativo de una fotografía.

Estas piezas requieren un cuidado especial: solo piense que tienen más de 200 años. De ahí que se expongan en el Museo, que debe asegurar su conservación adecuada. Debe tenerse una temperatura especial y la luz está prohibida. Por eso cuando recorra el museo verá que las luces de la sala están dirigidas a las paredes, a las otras obras, porque estas piezas son joyas de la corona.

Esta es, entonces, una de las exposiciones más importantes que se han hecho en Medellín. Lo resumen los curadores: reúne calidad, belleza y rigor científico y botánico.

Deténgase, por ejemplo, en la Aristolochia cordiflora. Un corazón de distintos rojos, lleno de texturas a ojos no expertos. En Colombia —según el texto del biólogo Álvaro Idárraga que aparece en el catálgo— las aristoloquias están representadas por unas treinta especies, tres endémicas, que crecen desde el nivel del mar hasta aproximadamente los 2.000 metros. La Aristolochia cordiflora es una de las más emblemáticas de la Expedición, y ese nombre se lo dio Mutis. En el dibujo se observa la flor en su vista frontal, un fragmento del tallo en la periferia y un botón floral en la parte superior (González y Lozano, 2014). Fue descrita de una colección de herbario de Mompox. Ocasionalmente es observada por el valle del río Magdalena, donde muchas de sus poblaciones se ven amenazadas por el alto grado de transformación del paisaje.

A visitarla

La exposición estará abierta desde el 23 de febrero hasta el 30 de junio de 2023. Durante este tiempo, además de la exposición habrá actividades académicas y recorridos guiados alrededor de la botánica nacional. Hay un catálogo que recoge los dibujos y personajes de la Expedición, acompañado de textos escritos por botánicos y expertos, y que se venderá al público. Este proyecto en el que llevan trabajando año y medio es posible por la alianza del Jardín Botánico de Medellín, el Museo de Antioquia y el Real Jardín Botánico de Madrid, con apoyo de Comfama, Sura, Grupo Argos, Fundación MUV, Embajada de España en Colombia y Avianca. El director del Jardín de Madrid, Esteban Manrique, dice que esta exposición es una muestra de la unión y la cooperación institucional entre España y Colombia, y de la importancia de vincular arte y ciencia en un legado que es universal. Él dice que la colección está disponible en Madrid y a través de la web, con la idea de que haya una colaboración abierta para estudiarla, porque independientemente de dónde se custodie, debe estar al alcance de cualquiera interesado en la historia.

$!Después de 207 años, dibujos de la Expedición Botánica de Mutis visitan Medellín

Si quiere más información:

Mónica Quintero Restrepo

Es periodista porque le gusta la cultura y escribir. A veces intenta con la ficción, y con los poemas, y es Camila Avril. Editora de la revista Generación. Estudió Hermenéutica Literaria.

x

Revista Generación

© 2022. Revista Generación. Todos los Derechos Reservados.
Diseñado por EL COLOMBIANO