Como a la Feria del Libro de Chile viajan varios escritores y poetas, así como Jorge Velosa el carranguero y hasta una banda pelayera, el poeta Darío Jaramillo Agudelo está menos intranquilo, pues al fin y al cabo, no es él sólo "quien va a hacer el ridículo".
A la Feria del país austral, en Santiago, Colombia es el invitado y por eso mandó una muestra de artistas para que allá se formen una idea de lo que es el país.
"No, no estoy aliviado -dijo al saludar-. Tengo gripa. Será llevármela también a Chile".
Este poeta de Santa Rosa de Osos, nacido en 1947, va a leer sus poemas de amor. Tiene poemas de otros temas y varios libros de narrativa, pero como lo que más conocen de su obra es esta faceta, es la que le piden. Cuenta jocoso que a él le pasa como a un compositor cubano (se refiere a Joselito Fernández), que compuso un centenar de canciones, pero la que más se conocía era Guantanamera. En todas partes le pedían esta canción y cualquiera de "las otras 99".
¿Cuáles poemas irá a leer Darío Jaramillo en Santiago? ¿Ese que dice: "No menciones el amor: bien sabes que sería profanarlo./ Déjalo ser en silencio, para que sienta la música/ de los dedos que rozan una piel amada"? ¿O ese otro que dice: "Algún día te escribiré un poema que no mencione el aire ni la noche;/ un poema que omita los nombres de las flores, que no tenga jazmines o magnolias"? ¿Será que va a leer aquel que dice: "Digamos que es lindo tener penas de amor/ y disfrazar la noche con la llorosa nostalgia del bolero:/ sin ti es inútil vivir/ como inútil será/ el quererte olvidar..."?
En esas estaba esta semana cuando hablamos: escogiéndolos. Él no sabe cuál es el poema suyo que más le gusta. "Cuando lo estoy haciendo, creo que es el mejor. Me siento como escribiendo La Divina Comedia. Después, deja de interesarme".
Y también estaba ensayando la lectura porque al leerlos ante el público "ahí estoy en otro problema: el de transmitir con la voz lo mejor posible el mensaje del poema. Me asusto. Ensayo la puntuación, la entonación. No soy declamador. Hago como un guión. Y si hay una palabra larga, que no me vaya a enredar en ella".
El martes, lo presentará una poeta chilena de nombre Soledad Fariña, de la que cree que es buena, a juzgar por lo que ha leído de ella. "Voy a tener 40 minutos para mí. En ese tiempo cabe mi obra completa", bromea.
Abogado, "no, más bien ex abogado", Jaramillo cree que la realidad es la que uno se forma. Hay maneras de verla, hay lentes. "La realidad es codificable. Y se puede normatizar. En derecho la lengua tiene la función de poner normas. En poesía, en cambio, su papel es recrear la realidad. En poesía, la palabra tiene autonomía porque es su materia prima".
En cuanto a lecturas, dice: "Hace 10 años parto del supuesto de que lo que me interesa leer fue escrito antes del 31 de diciembre de 1899". Y en cuanto a escritura, prepara un libro de aforismos.
Nos despedimos con mi promesa de que lo volvería a llamar para avisarle cuándo aparecería esta nota, para que él pudiera avisarle a su mamá que compre EL COLOMBIANO y lo guarde.
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