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A La Virgen se le movió el piso

HABITANTES DE UN sector de El Poblado perdieron la casa. Estudio confirmó inestabilidad del terreno en el barrio El Tesoro, La Virgen.

  • A La Virgen se le movió el piso | Julio César Herrera | El Simpad da a las familias un subsidio de arrendamiento de hasta 300 mil pesos durante tres meses. El subsecretario del Simpad, Camilo Zapata, dijo que el inicio de la obra sería en 2012 porque no hay presupuesto, "las obras ya están ejecutándose o están en proceso de adjudicación contractual", dijo Zapata.
    A La Virgen se le movió el piso | Julio César Herrera | El Simpad da a las familias un subsidio de arrendamiento de hasta 300 mil pesos durante tres meses. El subsecretario del Simpad, Camilo Zapata, dijo que el inicio de la obra sería en 2012 porque no hay presupuesto, "las obras ya están ejecutándose o están en proceso de adjudicación contractual", dijo Zapata.
30 de agosto de 2011
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En 88 años de vida, nunca le cogió tanta pereza al sueño. Desde que la tierra se levanta y despica las baldosas del patio, Manuel Pérez saluda al insomnio que lo libra de una pesadilla. Basta con leer las grietas del muro para concebir un mal augurio. Dormido ha sido testigo de cómo se cae una casa como si fuera de arena y de cómo se lo traga una hojarasca.

Es el más antiguo del barrio El Tesoro, sector La Virgen. Las familias de estrato 2 que lo pueblan -los Pérez, Gaviria, Londoño y los Torres- suman casi 400 personas en 33 domicilios a lo largo de una vía que aún tiene pintadas golosas sobre el pavimento.

Aunque no tienen las comodidades de la clase más alta que los rodea, los niños aún se dan el lujo de salir a jugar solos a la calle. Las damas riegan el jardín con el agua del acueducto veredal y conservan una tienda, de esas últimas de barrio que murieron en el estrato 6.

En los albores del siglo XX, Pacho Pérez, el abuelo de Manuel, fundó una posada de bahareque para que los arrieros descargaran su equipaje y -como narró Martín Montoya, en Historia de mi barrio - bañaran las vacas y les motilaran la ubre, antes de partir a la feria cuando amaneciera.

Para los descendientes de Pacho, la incertidumbre es joven, nació solo hace 15 años más o menos cuando el administrador del predio vecino -la finca Asís- le dio vía libre a unas volquetas para que en los alrededores del barrio acomodaran toneladas de tierra.

Y de una semana para otra los convirtieron en los vecinos de una exótica sucursal del Meta en El Poblado. En el terraplén fundaron una pista de coleo llanero. -¡Vino gente hasta de tres ojos!- exagera don Manuel.

A los jinetes los vieron arrastrar las reses luego de jalarles la cola en donde ahora hay una canchita de fútbol. A los espectadores los escucharon silbar y aplaudir desde un tablado donde hoy quedan las gradas torcidas del teatrito al aire libre que parece una rampa.

Más de medio siglo atrás, las rodillas de las lavanderas del barrio se acurrucaron en esos prados, que quedaron muchos metros bajo tierra, en compañía de poncheras atiborradas de ropa que sumergían por donde pasaba agua. Los niños le daban la vuelta a un lodazal para ir a comprar la leche recién ordeñada. Y los jóvenes cuando se trepaban a los árboles por guayabas y aguacates, preveían saltar donde no hubiera pantano para no dejar los zapatos enterrados.

Desde esa invasión de algarabía, que taponó el costado nororiental, no volvieron a ver esos brotecitos de agua y, aunque el suelo tardó dos años en manifestar su descontento, las casas más cercanas del cerro artificial fueron las primeras en sentir los reclamos subterráneos.

Hoy, Aída Pérez mueve sus manos para mostrar espacios imaginarios. "Aquí era la sala, por acá el comedor y allí la cocina. Por ahí era la entrada". La casa de Manuel y la de su hija se cayeron y en el 2000 inauguraron la lista de 18 hogares que han evacuado su residencia.

A partir de la fisura que descubrió la familia Torres en 2007, todos empezaron a notar que, además del temor, ahora tenían menos privacidad y más frío en la noche. Las grietas en la pared corrieron los marcos y ya no cerraban las puertas. Las ranuras las sellaron con cinta pegante para que no les entrara tanto aire. "Yo porque no soy tremendista ni quiero asustar a mi señora -dice Gustavo Torres- pero cuando vi las noticias sobre La Gabriela o Gramalote pensé: estamos en las mismas, nos va a pasar igual".

Según reporta el Estudio Geotécnico y de Patología Estructural, en 2006, una empresa constructora, para dar vía de acceso a proyectos de apartamentos, permitió que en el costado suroriental volvieran las volquetas a vaciar su remolque y taparan un óvalo profundo en donde -según cuenta la comunidad- desde la década del 80, había un velódromo privado.

Por encima quedó el parque que la constructora planea entregar como pago de las obligaciones urbanísticas donde Gustavo camina temprano con las precauciones básicas de un hombre de 81 años y con las extras que cualquiera debe tener sobre un camino con sobresaltos.

" Hay terraplenes conformados en depresiones naturales del terreno sin obras de control de aguas -dice el estudio- (...) que pueden generar sobrecargas, desequilibrio del talud e interrupción de drenajes naturales".

También confirmó que aunque "los drenajes en el sitio son imperceptibles, el análisis indica que es abundante, ayudando así al proceso de lubricación de la masa de suelo con aumento de la humedad natural".

Informa que hay dos movimientos. Uno en la zona que otrora fue la pista de coleo y otra inclinación en sentido nororiente-suroccidente, siguiendo las líneas de drenaje que se taponaron en el pasado. Y por ende, hay rupturas en las tuberías que aportan aguas a los suelos afectados.

Este informe lo entregó la firma Tecnisuelos al Simpad en 2010. En febrero de 2011 lo conoció la comunidad y se le advirtió la medida que tomarían en dos fases. En la primera, inhabilitar el acueducto veredal y reparar la red de servicios públicos de EPM que, por la antigüedad del primero y los daños que el movimiento de tierra les ha causado a ambos, presentan fugas de agua.

Después de poner dos sistemas de filtros en el interior del barrio, se pasaría a un monitoreo de los terrenos durante seis meses. Si no cesa el movimiento, se harían estructuras de contención, dice el citado reporte.

¿En qué van?
Mediante la Resolución N° 130AN -1105- 11321, del 4 de mayo de 2011, Corantioquia toma una medida preventiva consistente en la suspensión inmediata del recurso hídrico que capta la comunidad de la finca Huasipungo y de la quebrada La Volcana.

Como ambos nacimientos no pertenecen a El Poblado, sino a la vereda Las Palmas del corregimiento de Santa Elena, el Departamento Administrativo de Planeación envió un oficio al despacho de la corregidora Claudia Castro para que hiciera el acto administrativo de cancelación del acueducto, con el fin de iniciar las obras de estabilización de la zona.

Hasta la semana pasada no hubo respuesta. "Van más de tres meses de retraso -advierte Mario Flórez, geólogo de la Unidad de Medio Ambiente y Geología de Planeación- hay que correrle a la obra, si no se actúa a tiempo el problema avanza".

Ese tiempo bastó para que a Mauricio Londoño se le abriera el piso. Y que la grieta de la pared de Imelda Henao, que era como una hebrita de hilo, ahora parezca un ovillo.

Ante el silencio de la corregidora de Santa Elena, este diario la llamó para preguntarle sobre el estado del requerimiento que hizo Corantioquia sobre la cancelación del acueducto del barrio El Tesoro, sector La Virgen.

"Para saber el estado de eso tiene que ir a Corantioquia, porque yo no manejo ese tema, no es mi competencia", sostuvo.

Además, se le informó que Planeación envió un oficio en el que explica que los nacimientos hacen parte de la vereda Las Palmas del corregimiento Santa Elena.

"El hecho de que esté en Santa Elena no quiere decir que sea competencia mía (...) eso es de la autoridad ambiental, no de la corregiduría", comentó Castro.

Este diario le aseguró que solo la esperan a ella para que cumpla con el requerimiento y se puedan ejecutar las obras para prevenir un desastre.

"No me han notificado nada hasta ahora".

Frente a la respuesta se le recordaron los oficios del 16 de mayo, 17 de junio y 24 agosto. "Tendría que averiguar, sinceramente del asunto no me acuerdo", aseguró.

Minutos después, la corregidora Castro devolvió la llamada. Dijo que todo llegó en su época de vacaciones y quedó en manos de la encargada. Que en agosto no se hizo la diligencia "porque las secretarías de la Alcaldía estaban en función de Feria de Flores" y que esta semana estarían pendientes de hacer la visita.

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