La responsabilidad dentro de las Farc de entender que el mundo cambió, que esta es la oportunidad de oro para acabar con el conflicto y que poco tendrá cabida la retórica del viejo Kremlin en Oslo y La Habana, recae en “Iván Márquez”, el segundo al mando del grupo guerrillero.
“Márquez” es el único jefe de las Farc de la segunda generación del Secretariado, que recibió en sus manos la herencia campesina, bebió de la ideología de la Guerra Fría, estuvo en la línea de fuego, fue Congresista, pasó por el Caguán y sobrevivió a la Seguridad Democrática. Sobre él estarán los ojos del país para saber si este grupo subversivo será pragmático y hablará el lenguaje simple y claro de la paz.
Segunda generación
Luciano Marín Arango es su nombre de pila. Nació el 6 de junio de 1955 en Florencia, Caquetá, tierra donde la guerrilla rural se transformó en un movimiento de 64 frentes que se diseminaron por todo el país.
Él creció en tiempos en que decenas de jóvenes del PC iban hasta la serranía de La Macarena para visitar a “Jacobo Arenas”, el comisario político de las Farc.
En 1977 se enroló en las Juventudes Comunistas, rápidamente se destacó por la consistencia de su discurso marxista-leninista. Las puertas de las Farc siempre estuvieron abiertas de par en par para Luciano. Después de cinco años de trabajar de manera clandestina en el bloque Sur, se granjeó la simpatía de “Jacobo Arenas” quien lo seleccionó como uno de los integrantes de su grupo de asesores políticos en los diálogos de Uribe (1984). A la sombra de la altura intelectual y la capacidad discursiva de “Alfonso Cano” estaban “Timochenko”, “Joaquín Gómez”, “Pablo Catatumbo” y Luciano Marín Arango o alias “Iván Márquez”.
Según Inteligencia Militar, durante esos años estudió medicina veterinaria en la Unión Soviética, y dentro de las Farc fue instructor de cuadros políticos en las escuelas de formación fariana que se crearon en el Meta durante los diálogos con el presidente Belisario Betancur .
De la UP al monte
Siendo uno de los ‘niños consentidos’ de “Jacobo Arenas”, quien soñaba con ser presidente del país con la naciente Unión Patriótica, “Iván Márquez” deja las armas. Con la bandera amarilla de la UP hizo campaña en el Caquetá, como aspirante a la Cámara de Representantes por este departamento, y en 1986 arriba al Congreso.
El joven del “politburó de Arenas”, de la segunda generación de jefes de las Farc, ideologizada y urbana y menos campesina e histórica, ocupó durante un año su curul en el parlamento. La UP se creó en Uribe para que las Farc dispusieran de un movimiento político, con la esperanza del establecimiento de que terminaran con la violencia. Pero en el país la guerra no paraba. En 1987 las Farc, con el “Mono Jojoy” a la cabeza, mataron en una emboscada a 27 militares en Puerto Rico, Caquetá. Mientras tanto, en Cundinamarca, los paramilitares asesinaban a balazos Jaime Pardo Leal , el candidato a la presidencia de la UP en 1986.
El auge de los grupos contrainsurgentes y las violaciones de la tregua pactada entre las Farc y Belisario llevaron a “Iván Márquez” a vestirse de nuevo con el camuflado de las Farc.
“Él se desmoviliza. Llega al Congreso y cuando viene la cadena de asesinatos regresa al monte”, dice Álvaro Leyva , facilitar de otros procesos de paz.
En 1990, después de la muerte de “Jacobo Arenas”, “Iván Márquez” sube la cúspide fariana como integrante del Secretariado. En el fragor de la guerra, llega a las montañas del Nudo de Paramillo para comandar el bloque José María Córdova. En 1992 hace una pausa y participa en los fallidos diálogos de Caracas y Tlaxcala. De vuelta a Colombia es responsable de la escalada de las Farc en el Urabá antioqueño, que se disputaron a sangre y fuego ese territorio con los paramilitares y el Epl.
En El Caguán hace parte del grupo de negociadores de la guerrilla; 10 años después asume la vocería del grupo subversivo con “Timochenko”, tras la muerte de “Tirofijo” y de las bajas en acciones militares de “Raúl Reyes”, el “Mono Jojoy” y de su otro mentor “Alfonso Cano”.
Procesos en su contra
Inteligencia Militar asegura que “Iván Márquez” estableció relaciones con militares del chavismo y que ha estado desde el 2006 en la zona del Perijá del país vecino, protegido por los servicios de inteligencia. Desde esas montañas ha comandado el bloque Caribe.
Autorizado por el gobierno de Álvaro Uribe Vélez , en el 2007, fue recibido en el Palacio de Miraflores por Hugo Chávez cuando el presidente de Venezuela ejercía como mediador en el proceso de liberación de secuestrados.
“Después de ‘Timochenko’ es el guerrillero de mayor relevancia dentro de las Farc. Se ha opuesto a los diálogos pero sigue los lineamientos del Secretariado y será el jugador político de la guerrilla en Oslo y La Habana”, expresa Alfredo Rangel , analista del conflicto.
Sobre “Iván Márquez” existen 70 órdenes de captura por los delitos de rebelión, terrorismo, secuestro y homicidio.
La justicia norteamericana lo responsabiliza del envío de cientos de toneladas de cocaína a ese país y el Departamento de Estado ofrece una recompensa de cinco millones de dólares por información que conduzca a su captura.
Como la espada de Bolívar que tuvo en su poder, “Iván Márquez” tendrá que demostrar en estos diálogos si es capaz de cortar la brecha que separa a una guerrilla agrarista y violenta de un país que se abre a la modernidad y que tiene como anhelo máximo e histórico recibir la noticia de la paz.
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