E l derrame de crudo en el golfo de México dejó en evidencia que la popularidad del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, sigue en descenso. Y si a esto se le suma lo dividido que está el Congreso, en donde peligran las mayorías demócratas a puertas de las elecciones legislativas del próximo 2 de noviembre, el panorama político es toda una incógnita para el mandatario.
Encuestadoras aprovecharon la coyuntura para lanzar nuevas cifras sobre la aceptación que las diferentes comunidades tienen por el líder. Allí sus críticos vieron en este accidente la oportunidad de atacar al primer presidente negro de la historia de ese país.
Inclusive, han comentado que el manejo que Obama le ha dado a la situación ha sido peor que el que su antecesor, George Bush, le dio al huracán Katrina. Sin embargo, analistas aseguran que, aunque en la cultura estadounidense el presidente siempre asume toda la responsabilidad en estos hechos, ambos casos corresponden a realidades diferentes.
Según Liz Harper, del Instituto de paz de Estados Unidos, en el derrame sin precedentes en la historia del país, los mejores expertos y científicos están luchando para encontrar la manera de detener la fuga por lo que "el derrame no es culpa de Obama". Además, apunta, la BP es una empresa privada.
Sin embargo, según ella, en ambos casos los gobiernos fueron lentos para ofrecer una respuesta federal. "Muchos se preguntan por qué Obama no ha sancionado BP", comenta.
Sobre el tema, Ramón Maya, internacionalista de la Universidad Pontificia Bolivariana, advierte que a diferencia de Bush, quien recortó presupuesto en los estados del sur y eso se evidenció en la falta de mecanismos y de emergencia, y en "la negligencia" a la hora de atender el desastre, Obama "nunca recortó recursos para la región del golfo".
Unas elecciones claves
Para Harper, las próximas elecciones legislativas tienen una especial importancia, pues serán una especie de referéndum para las políticas de Obama. "Hay un gran descontento con el trabajo actual del Congreso y el apoyo público para la administración Obama se está cayendo", comenta la analista para advertir que "si los demócratas pierden su actual mayoría en el Congreso será más difícil que Obama promulgue su programa".
Según ella, hay puntos clave a los cuales Obama se tiene que dedicar en estos meses para convencer a los electores: los esfuerzos en Afganistán, la lucha contra el terrorismo y la reforma de la salud. Además, el crecimiento del empleo y las buenas noticias en Wall Street serán puntos que desequilibrarían la balanza.
Otra que ve estos comicios como un examen para la actual mayoría demócrata es Maureen Meyer, de la Oficina de Washington para asuntos latinoamericanos, al advertir que la salud y la migración, en el ámbito nacional; y las guerras en Afganistán e Irak, en lo internacional, son dos temas que dividen al Congreso y al país, y que decidirán el resultado.
Respecto al tema migratorio, Meyer expresa que hay frustración en parte de la población por la falta de avances y perciben una mayor inseguridad en la frontera con México.
Sin embargo la analista, aunque asegura que éste no es un tema prioritario para la mayoría de la población de E.U., como sí los son la economía y la falta de empleo, afirma que Obama ha sido muy claro sobre su compromiso para una reforma migratoria y ha expresado su frustración con el Congreso, en particular con los republicanos, sobre la falta de avances en este debate.
Otro punto flaco, pero no de la administración Obama sino del Estado, es el narcotráfico. Y esto se traduce en desconfianza entre la población de las zonas fronterizas, la misma que vive el problema migratorio.
E.U. y sus relaciones
Si bien los defensores de Obama aseguran que hay momentos en los que el mandatario asume responsabilidades que no le corresponden, según Ramón Maya, el ciudadano común de E.U., como habitante de una potencia mundial y como un reflejo de la historia, luego de que el país se mostrara como el más poderoso en la Segunda Guerra Mundial y en la Guerra Fría, entiende que su presidente debe cuidar sus relaciones e intervenir en el planeta.
Para el analista, los estadounidenses ven en el Presidente al portador de la antorcha de la libertad y al que lucha por la democracia y la justicia, así como el que busca mantener el Estado libre.
Además, recuerda, después de los atentados del 11 de septiembre quedó en el ambiente la presencia de un enemigo del país. "El ciudadano de hoy tiene miedo", agrega el docente para justificar, por ejemplo, la mediación de E.U. en los conflictos entre las Coreas, entre Israel y Palestina, y en la lucha antidrogas en el sur y en el centro del continente americano.
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