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HISTÓRICO
África teme por genocidio en Sudán del Sur
POR EFE | Publicado
El presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, ha asegurado que los países del este de África, que ejercen de mediadores en el conflicto de Sudán del Sur, no van a "quedarse quietos" ni a "permitir" un genocidio en ese país.

"Rechazamos la posibilidad de que nos estemos arrastrando de nuevo al genocidio en nuestra región. No vamos a quedarnos quietos y permitir que suceda", aseveró Kenyatta.

Kenyatta, presidente también de la Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo (IGAD), el grupo interestatal mediador en las conversaciones de paz sobre Sudán del Sur, expresó la voluntad de las potencias de la región de impedir otro genocidio como el de Ruanda.

"En las conmemoraciones del vigésimo aniversario del genocidio de 1994 en Ruanda ya expresé la frustración de nuestra región por lo poco que pudo hacer en aquel momento para parar la matanza de un millón de personas inocentes", dijo.

Kenyatta también se comprometió entonces, en el nombre de Kenia y del este de África, a "no permitir nunca más un genocidio" en esta región del continente.

"Retomo aquella promesa por lo que está sucediendo en Sudán del Sur. Estamos indignados y gravemente consternados ante el asesinato de cientos de civiles inocentes", (hecho ocurrido la semana pasada), admitió el mandatario.

Aunque el Gobierno de Sudán del Sur y los rebeldes acordaron el pasado enero el cese de las hostilidades en las conversaciones de paz auspiciadas por la Igad en Adis Abeba, ambas partes "han ignorado" este pacto y "han seguido luchando", lamentó el mandatario keniano.

"Resulta desconcertante para el este de África, la Unión Africana y la comunidad internacional ser testigos de estas atrocidades diariamente. Esto tiene que parar", agregó.

El grupo de países mediadores celebrará una reunión de urgencia en los próximos días para debatir las opciones abiertas, anunció Kenyatta.

El conflicto comenzó en Sudán del Sur a mediados de diciembre y desde entonces se han sucedido los enfrentamientos, que han causado miles de muertos y han colocado al borde de la guerra civil al joven país, que se independizó en julio de 2011 de Sudán.

La ONU advirtió que se perfila una catástrofe humanitaria, donde los factores de riesgo se acumulan, con 1,2 millones de desplazados internos por la violencia étnica que ha estallado en el país.

"Una catástrofe alimentaria podría ocurrir este mismo año", dijo en Ginebra Elizabeth Byrs, la portavoz del Programa Mundial de Alimentos (PMA), el principal brazo humanitario de Naciones Unidas.

"El conflicto actual, los desplazamientos masivos de población, la interrupción del comercio y de las actividades agrícolas, la escasez de alimentos, las migraciones de ganado fuera de temporada y la destrucción de los centros de salud", explicó.

Byrs indicó que su organismo está en una "carrera contra el tiempo para posicionar reservas de alimentos en Sudán del Sur antes del inicio de las lluvias".

La Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, viajó ayer a Sudán del Sur para analizar sobre el terreno las atrocidades cometidas en ese país. Llega acompañada del enviado especial de la ONU para la prevención del genocidio, Adama Dieng.
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