Durante una reunión extraordinaria, el alcalde de Cali y los organismos ambientales y de socorro de la ciudad, estudiaron ayer la posibilidad de decretar la alerta naranja, así como el traslado de más de 40.000 personas, ante la emergencia desatada por los incendios forestales en la zona urbana y rural.
Y es que el sábado, una vez más, el Cuerpo de Bomberos no dio abasto para atender seis conflagraciones de grandes proporciones, que se iniciaron desde el pasado jueves en El Mameyal y otras cuatro zonas de Cristo Rey, y en La Castilla, por la vía al mar.
El panorama de los cerros, hasta hace unos días verdes, es hoy oscuro. Hectáreas enteras del terreno se han perdido por la acción de las llamas generadas por ciudadanos imprudentes e intensificadas con la temporada de calor.
Lo preocupante es que los Bomberos de Cali ya no disponen de más recursos para enfrentar nuevos eventos, como los registrados en las últimas semanas, que han cobrado la vida vegetal de más de 200 hectáreas.
En lo corrido del año en la capital del Valle se han presentando entre 10 y 24 incendios forestales diarios. Y un total de 200, todos en julio, ya han acabado con el paisaje de las montañas.
"Esta situación es muy complicada, porque los recursos que tenemos están encaminados para la zona urbana y no para atender la zona rural, donde se requiere una tarea más dispendiosa", indicó el capitán Jairo Soto, coordinador de Gestión Ambiental de los Bomberos de Cali.
Sobre los recursos que tiene pendiente la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca, CVC, con el organismo de socorro, la directora de la entidad regional aseguró que a partir de la segunda semana de septiembre se destinará una primera partida presupuestal de 35 millones de pesos.
"Y es que los incendios no van a mermar en número. Si tuviéramos vigías y brigadas forestales y contáramos con recursos a tiempo, se podría reducir el área afectada" dijo el capitán Soto.
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