Los niños del clan Attar que viven en Gaza han vivido tres guerras en apenas cinco años, y en medio de cada una han tenido que salir corriendo de sus casas sin saber si podrán regresar.
La última de ellas está en curso y no sólo es calificada por conocedores del conflicto palestino-israelí como la más trágica de los últimos años sino como la de final más incierto.
Y es que ayer, después de una propuesta de tregua hecha por Egipto, aceptada por Israel pero rechazada por Hamas, el estado judío reanudó sus bombardeos sobre Gaza para defenderse de un centenar de cohetes que las milicias de dicho movimiento islamista y del grupo radical Yihad Islámica lanzaron durante todo el día desde la Franja.
"Hamas optó por continuar la lucha y pagará el precio por esa decisión. Sin tregua, nuestra respuesta es el fuego", dijo ayer el primer ministro Benjamin Netanyahu.
Horas antes en el lanzamiento de cohetes de Hamas, cuando se suponía que estaba en marcha la tregua, uno de los misiles alcanzó un civil israelí, el primero que muere desde el inicio de los enfrentamientos.
Las "Brigadas Azedím al Kasam", brazo armado del movimiento islamista Hamás, rechazaron la iniciativa de alto el fuego presentada por Egipto y aseguraron que continuará con la resistencia.
En un comunicado colgado en su página web, la milicia aseguró que la propuesta llegada desde El Cairo "no vale ni el papel en la que está escrita".
Hamas no considera negociadores imparciales a las autoridades de Egipto, que depusieron hace un año un gobierno islamista en El Cairo con el que Hamas mantenía estrechos lazos. Además, el grupo radical considera que tiene poco que perder con la continuación de las hostilidades, mientras que una tregua podría debilitar aún más su control sobre la Franja de Gaza.
En la Franja, la cuenta de personas que han perecido alcanza las 194. Según las autoridades palestinas de salud, más de 1.400 han resultado heridas hasta el momento, en la confrontación entre Israel y Hamas que ha dejado el mayor número de muertos en cinco años.
El conflicto se agravó en menos de un día, señal de que alcanzar una tregua será más difícil que antes, según analistas.
En total, la aviación israelí ha atacado 1.700 ocasiones desde el 8 de Julio, mientras que los extremistas en Gaza han disparado más de 1.200 cohetes contra Israel.
"Todo parece indicar que la violencia se intensificará en los próximos días y en medio hay un drama humanitario inmensurable. La Franja de Gaza, por ser bombardeada permanentemente, no tiene infraestructura. Además, los palestinos tienen pocas posibilidades económicas de reconstruir sus ciudades. Más del 20 por ciento de la población vive en pobreza y el 40 por ciento de la población está desempleada", explica Hasan Turk, analista y docente de temas de Medio Oriente.
Las guerra también se evidencia en las cicatrices sicológicas de los niños. Algunos se aferran a sus madres o se aíslan, como Ahmed, de 12 años, que se sentó solo el lunes en un banco en el patio de una escuela de la ONU donde su familia tuvo que refugiarse de nuevo. "Ellos bombardearon muy cerca de mi casa", dijo el niño mirando al suelo. "Estoy asustado".
"Para la mayoría de los niños en Gaza esta es la tercera vez", dijo Bruce Grant, jefe del departamento de protección infantil para los territorios palestinos en Unicef. "Eso reduce su capacidad de resistencia y recuperación. Algunos nunca encontrarán forma de recuperar el sentido de normalidad. El temor va a volverse la norma".
El clan Attar vive en Atatra, un barrio en el noreste de Gaza, a unos cientos de metros de Israel. Los milicianos de Gaza a menudo lanzan cohetes contra Israel desde áreas fronterizas, lo que hace de esas zonas frecuentes blancos de ataques israelíes.
Los niños israelíes, especialmente en áreas cercanas a Gaza, también han sido afectados. Desde el 2000, extremistas en Gaza han disparado miles de cohetes contra comunidades israelíes. Sicólogos han detectado altas tasas de ansiedad entre los niños en la ciudad de Sderot.
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