A sus 57 años, Germán González García mantiene un estado físico envidiable. Después de dar indicaciones a los jugadores de Independiente Santa Fe, corre dándole ocho vueltas a la cancha de fútbol del club La Fortaleza, al norte de Bogotá. A buen ritmo, vistiendo una sudadera gris, una cachucha de color rojo y gafas oscuras, 'Basílico' hace su propio entrenamiento después de cada jornada.
Tal vez su buena resistencia se debe a que desde los 12 años, cuando se inició en las inferiores de Santa Fe, fue asesorado para hacer deporte.
Poco a poco se fue convirtiendo en un profesional del fútbol, dejando atrás los 'picados' que jugaba con sus amigos en las canchas del barrio Panamericano, en la capital del país.
"En esa época Bogotá era pequeñita, hermosa, vivíamos solo los bogotanos, sin ofender a nadie, y por todo lado teníamos verde y salíamos a jugar. Los niños salíamos por todos lados y era perfecto", recuerda 'Basílico', apodo que le pusieron por otro jugador de Santa Fe, Miguel Ángel Basílico, quien estuvo entre 1969 y 1972.
Después de pasar por todas las categorías inferiores de la institución cardenal, en 1975 el bogotano llegó a ser profesional, aunque era suplente cuando el equipo logró su último campeonato. En 1979 logró el subcampeonato y al siguiente año se retiró del fútbol, cuando tenía 28 años.
Inició estudios de Economía en la Universidad Central y luego de Administración de Empresas en Cendas, "pero no terminé por esto del fútbol". Volvió al onceno bogotano y se convirtió en director de la quinta división del club.
Después de años de trabajar con las canteras y de ser asistente técnico, en el 2005 fue nombrado como entrenador del equipo profesional. A pesar de las críticas, de abucheos y hasta gritos de "burro", peleó el título y llevó al onceno a la Libertadores.
"Nunca puedo 'pararle bolas' a las personas malintencionadas. Por otro lado, a mí me atacaban por qué, ¿por ser segundo?, ¿por volver a una Copa Libertadores? ¿Por eso me atacaban?... No me preocupo por eso, yo le dejo todo a Dios, no soy nadie para ir a chocar, lo único que hago es servirle al Señor y trabajar honestamente con lo que sé".
Su mundo: el cristianismo
"En mi hogar crecí con bases espirituales importantes, pero como todo joven y como toda persona en el mundo, llevaba una vida mundana, de mujeres, adulterio y fornicación... cosas mundanas; pero en el año 96 conocí a Dios y me he dedicado a eso", confiesa el profesor 'Basílico'.
"Un día me llevaron a una iglesia cristiana y ahí recibí el Espíritu Santo, conocí al Señor Jesús y ahí vamos... No es nada fácil irse moldeando a las cosas de Dios", cuenta.
Su mensaje y las gracias a Dios los transmite a todo momento: en la cancha, en las ruedas de prensa, con su familia y más aún cuando va a su comunidad cristiana para escuchar a su apóstol. "Soy un hombre de mucha fe. Les dije (a los jugadores) que quien no crea en Dios no hay problema, pero sí les recomiendo que lo busquen, que cuando uno está con Él le va bien. No solamente las cosas materiales son importantes en la vida, es volver a nacer espiritualmente", agrega mientras mira fijamente, casi sin parpadear.
Ese pensamiento ha calado. "Es un mensaje bueno porque a Dios hay que quererlo en las buenas y en las malas, no solo cuando uno está recibiendo su gloria. Es un mensaje muy bonito que a muchos nos ha servido. Han vuelto a creer en Santa Fe y por eso tal vez se están dando las cosas", indica Adolfo 'el Tren' Valencia, entrenador de delanteros y uno de los ídolos del club.
Once y más amigos
"El 'Profe' es una persona que ya conoce al grupo y lo escucha. En el campo le exige seriedad al jugador, disciplina y por eso se están dando los resultados que se están viendo", agrega 'el Tren'.
Para Francisco 'Pacho' Delgado, defensa insignia del equipo cardenal y quien ha trabajado con González desde la categoría sub17, "el profesor es una persona constante que defiende sus ideas y que busca la hermandad. Y lo mejor, desde cuando llegó, ha dicho que Santa Fe tiene que ser una familia, que somos 11 amigos en la cancha y esa amistad es la que permite que sea un grupo fuerte... unidos el cuerpo técnico, los jugadores y el presidente del club".
En tan poco tiempo, 141 días desde que llegó a la dirección técnica del equipo, Basílico cosecha resultados al celebrar el título de la Copa Colombia. Ahora él y sus hombres tienen en la mente clasificar a la final y lograr la séptima estrella, pero pensando con los pies en la tierra.
"Llevamos hasta ahora dos partidos y faltan cuatro, hay que enfrentarlos con mucha humildad", dice González que tiene como anestesiados a los hinchas, los mismos que esperan que ese niño que fue del barrio Panamericano y que lleva 45 años ligado a Santa Fe, logre estampar una estrella más en la historia cardenal.
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