Con el derribo de una cadena de gigantescas piezas de dominó que simbolizará la caída del Muro de Berlín, culminarán hoy los actos del vigésimo aniversario de ese acontecimiento que supuso el fin de la división de Alemania y Europa.
Para el acto la canciller alemana, Angela Merkel, reunirá a estadistas de todo el mundo en Puerta de Brandeburgo y con ellos festejar la revolución que llevó a la caída del Telón de Acero y, menos de un año después, a la reunificación de Alemania.
En los eventos conmemorativos previos al aniversario, ayer los ciudadanos de Berlín fueron galardonados con el Premio de la Libertad del Atlantic Council (Consejo Atlántico) por protagonizar la revolución pacífica que condujo a la caída del Muro.
El premio fue entregado durante una cena de gala al alcalde-gobernador de Berlín, Klaus Wowereit, en presencia de la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton.
"El Muro no cayó, fue empujado por la gente y concretamente del este al oeste. Fue derribado, desmontado, abatido en una revolución pacífica", subrayó durante el acto el nuevo ministro alemán de Exteriores, el liberal Guido Westerwelle.
El jefe de la diplomacia alemana recordó que antes del final de la división alemana muchos ciudadanos del Este de Alemania pagaron con su vida sus ansias de libertad cuando trataban de escapar a Occidente.
Westerwelle agradeció a Estados Unidos el apoyo que recibió Alemania en el proceso de reunificación, que culminó el 3 de octubre de 1990 con la fusión de los dos Estados germanos.
Durante el mismo acto del Atlantic Council, fueron concedidos también sendos Premios de la Libertad a los pueblos de Polonia y la entonces Checoslovaquia, que fueron recogidos por sus antiguos presidentes y disidentes durante el comunismo, Lecha Walesa y Vaclav Havel, respectivamente.
Pocas horas antes, Merkel, el ex presidente soviético Mijail Gorbachov y el ex secretario de Estado de E.U. Henry Kissinger protagonizaron la inauguración del museo de historia interalemana y la Guerra Fría junto al puente de Glienicke.
Merkel animó a todos los alemanes a ser valerosos y a seguir el ejemplo de los ciudadanos germanos orientales, que "fueron valientes al levantarse contra la dictadura comunista" y protagonizar la revolución pacífica que reunificó al país.
Ante unos 500 invitados al acto, el antiguo jefe de la diplomacia estadounidense y Premio Nobel de la Paz, Henry Kissinger, recordó los sucesos de hace 20 años y lo inesperados que resultaron para los políticos de todo el mundo.
"No creo que entonces nadie esperara ese cambio. Fue uno de los mayores acontecimientos de la historia del que pudimos ser testigos", dijo Kissinger, cuya familia huyó de la Alemania nazi y se refugió en Estados Unidos.
Al acto acudieron personalidades como Gorbachov y el que fuera ministro alemán de Exteriores, Hans Dietrich Genscher.
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6