¿Tienes memorias olfativas de perfumes?
"Sí, recuerdo a mi mamá mezclando aceite de nardo con aceite de jazmín. Recuerdo ir con ella a comprar las esencias. Y ese olor, que se convertiría en su primer perfume, lo tengo grabado. Lo huelo y es como si me dieran un sartenazo en la cabeza y me despierto en Nueva York en 1975".
Y para crearlos, ¿en qué piensas? ¿Tienes mujeres icono?
"No. Una mujer icono viene cargada de estereotipos. Me hago un guion de la mujer perfecta. Yo la creo y después, cuando el perfume está listo, la… la mato (risas). La ahogas en perfume. Supongo que sucederá como con las películas, que a unos les parece fantástica y a otros no. Así es".
¿Viste To the wonder, de Terrence Malick?
"¡A mí no me gustó… Trataba de ser… bonita".
¿Te gustan las notas más florales, las maderas…?
"Cuando empecé, todo se me hacía muy fuerte. Me gustaban los cítricos. Y ahora me gusta lo floral. En mi vejez (risas)".
¿Qué otra profesión te habría gustado aprender?
"Enfermería, agronomía y paisajismo. Me gusta todo lo que viene de la tierra".
Te gusta la pintura. ¿Quién es tu pintor preferido?
"Me gusta lo contemporáneo y especialmente Boeti. Me gustan su vida y sus inquietudes".
Y tu madre, ¿te copióel apellido?
"Pues sí. Carolina Herrera soy yo. Ella cogió el apellido de mi padre. Me lo quitó".
¿Qué tal os lleváis?
"Fenomenal. Y cada vez que he estado embarazada, ella ha sido la primera en enterarse. Estábamos de viaje y al entrar al taxi le dije: "¿Qué te has puesto?". Y ella: "¡Estás embarazada…". Y lo estaba. Sabe que cuando estoy encinta lo huelo todo".
¿De dónde te sientes?
"De Venezuela. Viví allí 13 años y la niñez marca mucho. En cuanto piso Caracas, tengo que ir al sitio donde comía las arepas. Y ese olor a tormenta de verano, a gardenias, a tierra mojada, a los guacateros, los limoneros…".
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