De todas las enfermedades y las causas de discapacidad visual que existen en el mundo siempre se le ha dado mayor importancia a problemas como las cataratas, el glaucoma y los defectos de refracción (miopía, hipermetropía, astigmatismo y presbicia). Pero lo cierto es que hay varias afecciones del sistema nervioso central que pueden afectar la visión y que, aunque se presentan con menos frecuencia que las otras, de no ser tratadas a tiempo pueden ser irreversibles.
Los ojos están conectados directamente con el cerebro por medio de la vía visual, que para algunos oftalmólogos comienza en la retina y para otros en el nervio óptico, y que pasa por el quiasma óptico hasta llegar a la corteza occipital. Ésta es la que lleva toda la información que recogen los ojos hasta el sistema nervioso central, donde se procesa la información y se produce una respuesta.
"Cualquier afección de esa vía visual es la que trata la neuro-oftalmología y ésta es muy importante porque muchas veces el paciente dice que no ve bien, el oftalmólogo lo examina y no encuentra nada, pero resulta que el trastorno está a nivel cerebral y se debe diagnosticar a tiempo para hacerle el seguimiento y el tratamiento adecuados", explica Marta Lucía Muñoz, oftalmóloga con énfasis en neuro-oftalmología de la Clínica de Oftalmología Santa Lucía.
Algunos casos
Una de las enfermedades más frecuentes en el nervio óptico es la neuritis óptica que consiste en la inflamación de éste. Se manifiesta por disminución de la visión en uno o en ambos ojos y la pérdida de la percepción del color y la sensación de profundidad. Es subaguda, dolorosa y se trata con esteroides.
"Otra de las lesiones puede ser los tumores del nervio óptico que se manifiestan por una pérdida visual lenta, progresiva y no dolorosa. Se diagnostican con tomografía de órbita o con una resonancia magnética y se tratan con radiación o cirugía, de acuerdo a su extensión", explica Marta Muñoz.
Otro tipo de tumores son los de la hipófisis, que se presentan en el quiasma óptico, se manifiestan por una pérdida del campo visual y su tratamiento puede ser médico o quirúrgico. Por su lado, los accidentes cerebrovasculares pueden afectar la visión cuando se presentan en la vía óptica posterior y se manifiestan por la pérdida del campo visual. Estos se deben tratar a tiempo, preferiblemente en las primeras horas del evento, porque de no ser así, sus efectos son irreversibles.
Otra clasificación de estas enfermedades la hace el médico Juan Camilo Suárez, miembro del Departamento de Investigación y la Unidad de Neurorehabilitación del Instituto Neurológico de Antioquia. "Están los problemas vasculares como la neuropatía óptico isquémica que se manifiesta por una pérdida de la visión súbita e indolora; luego están los procesos inflamatorios que se presentan en adolescentes y adultos jóvenes con una pérdida de la visón, aguda y a veces con dolor. Puede también haber pérdida del campo visual y de la percepción del color, un ejemplo es la neuritis óptica asociada a la esclerosis múltiple o otras enfermedades como la sífilis, la tuberculosis y el VIH. Por último, están los procesos compresivos, que son tumores o masa dentro del cerebro que comprimen la vía visual y si no se diagnostican a tiempo terminan haciendo atrofia óptica".
Tratamientos
Cuando estas enfermedades se presentan, es necesario un seguimiento cuidadoso para saber cuál es su causa, ya que puede estar asociada a patologías del sistema nervioso central o a otras afecciones, como enfermedades autoinmunes, que pueden tener repercusión a nivel cerebral y afectar la visión. Dependiendo de cuál sea la causa, se determinará cuál es el mejor tratamiento.
"Una vez diagnosticada la enfermedad, se intenta controlarla y evitar que siga avanzando. Por eso es muy importante la visión integral del médico a la hora de diagnosticar, y el compromiso de las personas en el manejo de enfermedades como la diabetes que pueden afectar su visión", afirma el doctor Juan Camilo.
Por su lado, la oftalmóloga Marta Muñoz, reconoce que la prevención en este tipo de enfermedades es muy difícil porque algunas como los tumores o al neuritis óptica, pueden estar asociadas a factores genéticos, pero las enfermedades cerebrovasculares sí se pueden prevenir con estilos de vida y dietas saludables.
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