Celebridades, empresarios e incluso el Departamento de Estado han comprado Me gusta falsos en Facebook, seguidores en Twitter o visitantes en YouTube a "granjas de clics" en el extranjero, donde los trabajadores presionan y presionan botones, ven videos o retuitean comentarios para inflar los números en las redes sociales.
Desde que Facebook fue lanzado hace casi 10 años, los usuarios han buscado expandir sus redes sociales para obtener ingresos financieros, ganar amigos, derechos para alardear y tener influencia profesional. Y las empresas de redes sociales mencionan los niveles de visitas de usuarios para incrementar su valor.
Un análisis realizado por AP encontró un creciente mercado global para los clics falsos, los cuales no han podido ser regulados.
A un costo de apenas medio centavo de dólar por cada clic, las páginas de internet alteran todo, desde conexiones en LinkedIn para que los usuarios parezcan contratables, hasta reproducciones en Soundcloud para mejorar el atractivo de una disquera.
Investigadores de seguridad italianos Andrea Stroppa y Carla de Micheli calcularon en 2013 que la venta de seguidores falsos en Twitter tiene el potencial de generar de 40 millones a 360 millones de dólares a la fecha, y que las actividades falsas en Facebook producen 200 millones al año.
Facebook, en cuyo reciente reporte calculó que hasta 14,1 millones de sus 1.180 millones de usuarios activos son cuentas fraudulentas, hace purgas frecuentemente.
En 2013, el Departamento de Estado, que tiene más de 400.000 "me gusta" y recientemente fue el sitio más popular en El Cairo, dijo que dejaría de adquirir seguidores falsos en Facebook después de que su inspector general criticó a la agencia por gastarse 630.000 dólares para impulsar sus cifras.
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