La ex rehén de las Farc Íngrid Betancourt agradeció este miércoles desde Florencia las movilizaciones que se realizaron en muchos países para pedir su liberación y que, según aseguró, le salvaron la vida.
Betancourt expresó su agradecimiento durante la ceremonia en la que se le entregó la ciudadanía honoraria de Florencia, centro de Italia, que le fue concedida en 2004 durante su cautiverio.
"Durante estos largos años de soledad en esa tumba verde de la selva, encendía la radio, como hacen el resto de los secuestrados para oír los mensajes de sus familias, y yo oía a mi madre que me contaba lo que estaba haciendo el mundo por nosotros. Oía vuestras voces", dijo Betancourt durante la entrega de esta distinción.
La ex candidata a la presidencia de Colombia aseguró que esas palabras y esos actos que se celebraron para pedir su liberación convirtieron su caso en un caso internacional y los secuestradores comenzaron a entender que tenían que respetar su vida.
"Cuando intente escapar sabía que la pena por intentar la liberación sería la inmediata ejecución. Lo intenté hasta cinco veces y no lo logré, pero gracias a ustedes me respetaron la vida", añadió.
Asimismo aseguró que la movilización internacional empujó al Gobierno colombiano de Alvaro Uribe a descartar una acción militar para conseguir la liberación y optar por "un rescate inteligente, donde sin violencia se consiguió la liberación de todos sanos y salvos".
Durante el acto, Betancourt volvió a recordar a los compañeros que siguen secuestrados en la selva e indicó que para su liberación "no se puede aceptar el rescate militar porque sería su muerte, pero tampoco se les puede olvidar".
Por otra parte, instó a los ciudadanos e instituciones colombianas a perdonar, para poder acabar con el conflicto que se vive en el país.
"Tenemos que lograr perdonarnos. No hay que olvidar, para que la historia no se repita, pero si hay que perdonar para que Colombia vuelva a ser un espacio de comprensión mutua y dé respuestas al mundo sobre cómo lograr la paz", dijo.
Betancourt recibió la ciudadanía honoraria de Florencia durante una ceremonia que se celebró ante cerca de un millar de personas en el salón del Cinquecento del Palazzo Vecchio, actual sede del ayuntamiento.
El alcalde de Florencia, Leonardo Domenici, recordó que la ciudad "nunca olvidó a Ingrid Betancourt" en estos seis años de secuestro.
"Siempre estuvo presente en nuestro corazón y en nuestra mente, pues se convirtió en un símbolo y ahora es una esperanza para todos", añadió Domenici, que se unió al llamamiento hecho estos días por las autoridades italianas para pedir que Betancourt reciba el premio Nobel de la Paz.