x

Pico y Placa Medellín

viernes

0 y 6 

0 y 6

Pico y Placa Medellín

jueves

1 y 7 

1 y 7

Pico y Placa Medellín

miercoles

5 y 9 

5 y 9

Pico y Placa Medellín

martes

2 y 8  

2 y 8

Pico y Placa Medellín

domingo

no

no

Pico y Placa Medellín

sabado

no

no

Pico y Placa Medellín

lunes

3 y 4  

3 y 4

COMO LOS DOS DE EMAÚS

  • COMO LOS DOS DE EMAÚS |
    COMO LOS DOS DE EMAÚS |
04 de octubre de 2013
bookmark

El padre Nicanor, mi tío, estaba concentrado en la lectura de los discursos del Papa Francisco en su reciente visita a Brasil, publicados en la revista "Vida Nueva", que dirige el maestro, colega y amigo, Javier Darío Restrepo. Me dio pena interrumpirle, pero él me invitó a quedarme.

-Y por ahí derecho, sobrino, leemos juntos las enseñanzas del Papa.

-Hoy, tío, no estoy para discursos papales. Con esta crisis de fe que me ahoga últimamente, no quisiera sino estar en silencio. Silencio de ateo, de increyente, padre, le confieso.

-Estás, por decir algo, de regreso de Jerusalén, decepcionado, como los discípulos de Emaús al otro día de la resurrección. Nos pasa a menudo.

-Haga de cuenta, padre Nicanor.

-Entonces, muchacho, perdona mi impertinencia, pero vas a tener que escuchar algo que dice el Papa en el discurso a los obispos brasileños, porque cae como anillo al dedo. Ahí va:

"Y entonces van solos por el camino con su propia desilusión. Tal vez la Iglesia se ha mostrado demasiado débil, demasiado lejana de sus necesidades, demasiado pobre para responder a sus inquietudes, demasiado fría para con ellos, demasiado autorreferencial, prisionera de su propio lenguaje. Tal vez el mundo parece haber convertido a la Iglesia en una reliquia del pasado, insuficiente para las nuevas cuestiones; quizás la Iglesia tenía respuestas para la infancia del hombre, pero no para su edad adulta.

El hecho es que actualmente hay muchos como los dos discípulos de Emaús; no sólo los que buscan respuestas en los nuevos y difusos grupos religiosos, sino también aquellos que parecen vivir ya sin Dios, tanto en la teoría como en la práctica.

Ante esta situación, ¿qué hacer? Hace falta una Iglesia que no tenga miedo de entrar en la noche de ellos. Necesitamos una Iglesia capaz de entrar en su conversación. Necesitamos una Iglesia que sepa dialogar con aquellos discípulos que, huyendo de Jerusalén, vagan sin una meta, solos, con su propio desencanto, con la decepción de un cristianismo considerado ya estéril, infecundo, impotente para generar sentido".



"Ante este panorama falta una Iglesia capaz de acompañar, de ir más allá del mero escuchar; una Iglesia que acompañe el camino poniéndose en marcha con la gente; una Iglesia que pueda descifrar esa noche que entraña la fuga de Jerusalén de tantos hermanos y hermanas; una Iglesia que se dé cuenta de que las razones por las que hay gente que se aleja, contienen ya en sí mismas también los motivos para un posible retorno, pero es necesario leer el todo con valentía. Y Jesús les dio calor al corazón de los discípulos de Emaús. Quisiera que hoy nos preguntáramos todos: ¿Somos aún una Iglesia capaz de inflamar el corazón? ¿Una Iglesia que pueda hacer volver a Jerusalén? ¿De acompañar a casa?"

-Pues, tío, al que no quiere caldo se le dan dos tazas. Gracias, de todas maneras.

Te puede interesar

¿Buscando trabajo?
Crea y registra tu hoja de vida.

Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD