Si entre Vicente Fernández, su hijo Alejandro, Maná, Nortec y Juanes no animan una fiesta, pues nada lo hará. Con sonido ranchero, una gran puesta en escena que emocionó, comenzaron los Juegos Panamericanos de Guadalajara-2011 con una ceremonia que se resume en ¡espectacular!
Chente, que tiene su hacienda en las afueras, cantó una especie de himno Guadalajara, característico del folclor local. Su hijo, en el final, también sacó su voz para cantar la canción de los Juegos, Bajo el mismo sol.
El desfile cumplió con la premisa de sacar primero a los atletas, para que pudieran descansar y disfrutar de la ceremonia, y así fue que las 486 personas de Argentina abrieron y que sellaron los 644 que presentaron los mexicanos vestidos de charros.
A las 8:29 p.m. Mariana Pajón salió a la pista del Omnilife, un platillo volador convertido en estadio, que en vez de fachada tiene unos peraltes de grama. Los colombianos, con su traje vaporoso beige, sombrero vueltiao y la mitad de sus deportistas con cámara, salieron con 200 personas, entre deportistas y dirigentes, que desfilaron con la música de Caifanes de fondo.
Con un espectáculo digno de unos Olímpicos, con una puesta en escena que erizó a los espectadores, sonaron artistas como Eugenia León, Lila Downs, José Duval, Nortec y otros, mientras se proyectaron obras de Frida Kahlo, Diego Rivera, Rufino Tamayo y otros históricos artistas en una ceremonia con tres frentes.
Pero ahí no murió la representación y volvió Colombia. Al final del espectáculo y vestido de blanco impecable salió Juanes, con una versión de Odio por amor que puso al Omnilife todo de blanco, y de fiesta con el "¡arriba Guadalajara!".