El nombre de Pedro Laín Parra es poco reconocido por los empresarios a los que la llamada semanal para el cobro de extorsión no fallaba. Pero si se les menciona "Jhon 26", alias de Laín Parra, todos dicen que, o se acogían al pago, o terminaban con un artefacto explosivo en la puerta de las empresas.
A punta de bombazos y cobro de "vacunas", fue como el cabecilla guerrillero hizo su carrera por más de 15 años en el frente 53 de las Farc. "El llegó de la mano de el "Mono Jojoy" que le enseñó sobre cómo ser guerrillero. Luego se convirtió en el terror de los comerciantes pues les cobraba desde el que tenía un puesto de comidas hasta los grandes hacendados", cuenta un investigador militar.
Según versiones oficiales, "Jhon 26" reinventó el cobro de extorsiones, y creo una estrategia que iba desde entrega de recibos, hasta consignaciones y pin bancarios, fachadas con los que recogía en un mes, cerca de 1.000 millones de pesos.
El general Rodolfo Palomino, director de la Policía Nacional, expresa que alias "Jhon 26" "venía afectando desde el modesto ganadero que podía tener una finca con unas reses y un capital modesto, hasta empresas que tenían un capital importante".
Según el general, cerca de 25 empresas de Bogotá estaban en la lista del jefe guerrillero para cobrarles un porcentaje por su actividad.
Los excesos del cabecilla
Fue tanto el poder adquirido por "Jhon 26", que los excesos del jefe guerrillero fueron perdonados en algunas ocasiones y complacidos en otras, debido al envío de cantidades de dinero al Secretariado de las Farc.
Comenzó como miliciano, pero su estrategia, más allá de combatir, enfocada en llenar de dinero las arcas del Secretariado y del Bloque Oriental, le entregaron un lugar privilegiado y casi blindado en la cúpula fariana.
"Era casi intocable. Muchas veces se equivocaba con respecto a decisiones, pero no le decían nada porque sabía cómo manejar las finanzas. Mantenía bien a todos los guerrilleros y por eso también lo querían mucho", cuenta Dayana, una desmovilizada del frente 53 que se salvó de morir en bombardeos anteriores al campamento.
Dice la exguerrillera que también era muy severo y alguna vez envió a fusilar a tres insurgentes que se quedaron con el cobro de dineros a comerciantes de Cundinamarca.
Otro de sus excesos era el deseo incontrolable por las mujeres, sobre todo las de la Costa o del interior. "Desde Medellín le enviaban muchachas prepago para sus fiestas y se movía en camionetas lujosas. Además era parrandero y hacia fiestas de tardes enteras con puro trago fino", dicen analistas militares.
Con la muerte del jefe subversivo en Meta el pasado 25 de diciembre, las Farc se duelen de la entrada de dinero, razón por la cual el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, calificó el deceso de "Jhon 26" como un duro golpe a esa guerrilla en el centro y el oriente del país.
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6