Las autoridades rusas confirmaron este miércoles que catorce operarios murieron en el accidente ocurrido el lunes en la central hidroeléctrica siberiana de Sayano-Shúshenskaya, mientras continúa la búsqueda de otros 60 desaparecidos.
"En las últimas 24 horas hemos encontrado dos nuevos cuerpos, por lo que ascienden a 14 los muertos", aseguró Serguéi Sháposhnikov, director del departamento de defensa civil del ministerio de Situaciones de Emergencia, según la agencia Interfax.
El funcionario añadió que prosigue la búsqueda de los desaparecidos entre los escombros de la primera y segunda turbina, que resultaron destruidas por la explosión ocurrida en la mayor central del país que abastece a varias regiones siberianas.
Un millar de socorristas participan en esas labores de rescate dificultadas por la gran cantidad de agua que anegó la sala de máquinas donde se encontraban la mayoría de operarios en el momento del accidente, y el aceite vertido en el río siberiano Yenisei.
Las inmersiones de los submarinistas en las frías aguas del Yenisei, uno de los más caudalosos del mundo, tampoco han dado por el momento resultado.
Medidas contra la contaminación
Mientras los funcionarios locales creen que hay pocas posibilidades de hallar a algún operario con vida, las televisiones públicas se abstienen de informar sobre ello, por lo que crece la indignación entre los familiares de las trabajadores afectados.
A su vez, la mancha de aceite vertida en el río tras la explosión del transformador de la central ya ha alcanzado Abakán, capital de la república de Jakasia.
El ministerio de Situaciones de Emergencia y las autoridades locales se han movilizado para prevenir la contaminación del ecosistema de la cuenca del río.
El accidente fue descrito por el ministro de Energía, Serguéi Shmatkó, como "el más grande y misterioso de la historia de la energía hidrológica", y cifró en más de mil millones de dólares el dinero necesario para reparar la sala de máquinas.
Como causas del accidente las autoridades barajan un aumento de la presión hidráulica en las tuberías provocada por un fallo durante unas obras de reparación de la central, inaugurada en 1978.