Los números hablan por sí solos. De los 32.835.856 de colombianos aptos para votar, el 72,68 por ciento no tuvo qué ver en la elección de los congresistas para el periodo 2014 - 2018.
La escabrosa cifra se dio en las elecciones de Cámara de Representantes, en las que hubo un 56,43 por ciento de abstención, un 10,38 por ciento de votos nulos y un 5,88 por ciento de tarjetones depositados en las urnas sin marcar
En Senado fue lo mismo, el 72,08 por ciento de los colombianos aptos para votar no tuvo incidencia en la elección de los 102 congresistas. En la elección popular de esta corporación, la abstención llegó a un crítico 53,43 por ciento, mientras que los votos nulos se remontaron al 12,23 por ciento y los tarjetones no marcados en 3,42 por ciento.
Según el Dane, somos 46.100.000 habitantes en el territorio nacional, pero solo 10.891.000 personas eligieron al Senado (23,7%) y 10.925.592 a la Cámara (23,6%). Los números dan cuenta de la poca legitimidad electoral que tiene el poder legislativo hoy.
Lo preocupante es que estas cifras se repiten sin cesar en cada elección, con algunos cambios, claro, pero con una tendencia que se mantiene.
Sin embargo, en las presidenciales el abstencionismo tiende a bajar. Durante la segunda vuelta presidencial, en la que triunfó Juan Manuel Santos, del potencial electoral de 29.983.279 sufragantes, votaron 13.296.924 personas, es decir, bajó al 50,76%
Cambio estructural
Entonces, por un lado se cuentan los votos sin representación: los nulos y los tarjetones no marcados que, en general, no pasan del 20 por ciento del potencial electoral, una cifra demasiado alta, pero no tanto como la segunda parte del problema: los votos de aquellos ciudadanos que estando habilitados para votar no lo quisieron hacer, el abstencionismo.
Para corregir el problema de los nulos y los no marcados, "hay que hacer pedagogía. No solo desde la Registraduría o el Consejo Nacional Electoral, sino también desde los partidos, que no solo estén activos antes de las elecciones, sino enseñar a sus militantes cómo ejercer el derecho al voto en medio de un sistema tan complejo como el colombiano", indicó el director de Ciencias Políticas de la UPB, Luis Guillermo Patiño.
Para el senador que más ha trabajado el tema del sistema electoral en este periodo en el Congreso, John Sudarsky, hay que reformar el sistema de elección para garantizar así que todo el mundo tenga representación en el Congreso y de ahí incrementar el interés de los que hoy no votan.
Por ejemplo, en las pasadas elecciones, 13 departamentos quedaron sin representación en el Senado, mientras que otros, como Córdoba, logran hasta nueve senadores.
En cuanto al abstencionismo, hay varios mecanismos para ganarle la batalla, entre ellos, según Patiño, la implementación del voto electrónico, aumentar los beneficios para el que vote y probar "al menos una vez el voto obligatorio, para saber cómo se comporta la población".
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