Medellín es rock, punk, metal y salsa. Es música del mundo y es una ciudad que evoluciona en sus gustos, crea nichos y se transforma con los sonidos.
Es un espacio que ha visto crecer a la mujer en la música, que muestra sus facetas.
Esa es la Medellín que Santiago Arango quiere mostrar en su libro 15 años de canciones contadas, texto que según él, es la banda sonora de la capital antioqueña.
El Colombiano habló con él sobre lo que el lector puede encontrar en 202 páginas llenas de música.
¿De dónde surgió la chispa para la publicación de este libro?
"La chispa estaba hace tiempo, la tenía ahí sin darle fuego. Tenía la idea desde el 2006, porque entre 2001 y 2005 escribí casi a diario muchos artículos de música y pensé que sería una buena memoria histórica recopilar aquellos textos".
¿Qué se puede encontrar el lector en sus páginas?
"Se encuentra una versión de lo que ha pasado durante los últimos 15 años en Medellín en materia musical, es una versión de la diversidad sonora de esta urbe. Encuentra entrevistas sobre salsa y nueva música colombiana. Reseñas de trabajos de metal, punk, rap y música celta.
Por otro lado, dará cuenta de los cambios que ha tenido la ciudad. Observará textos de cuando todavía no se hablaba de Altavoz, ese festival que se hizo tan importante para el país. Encontrará textos que abordan discusiones sobre el radicalismo, textos sobre los festivales y un capítulo dedicados a las mujeres".
¿Cómo ha visto la evolución de la ciudad con respecto a la música?
"Medellín sigue siendo muy arraigada a la distorsión, le gusta mucho el metal, muy del punk. En otras tendencias como el rock o el pop es más floja. Sigue siendo muy conservadora en el rock. Creo que en Medellín, si bien nos abrimos y entendimos que es un siglo híbrido, los grupos que intentan hacer otras cosas encuentran un nicho reducido y les toca más duro. Ha evolucionado en estudios de grabación, es mas fácil estudiar la música, comprar instrumentos, pero nos estancamos un poco en el sonido".
¿Y en la salsa cómo se muestra a Medellín?
"En la salsa hay un gran movimiento. Aquí se le debe agradecer a Latina Stereo y a bandas como Guatequismo, Siguarajazz, El son de la Nubia y Sonora ocho que hacen buena salsa. Hay un circuito de bares de público, de gente que se preocupa por este género muy popular en la ciudad".
Usted habla del papel de la mujer en la música, ¿cómo trata este tema en el libro?
"Creo que sigue siendo preponderante la presencia del hombre en géneros puntuales. Pero ahora en el punk y el metal se ven mujeres. Lo que quería evidenciar allí es que el género femenino hace música. Muestro a chicas como Sara Rojas que trabaja desde la electrónica o por qué Mónica Moreno de la banda de punk I.R.A. es la punky mayor. El lector conocerá los diferentes roles de las mujeres en el circuito musical de la ciudad".
¿En qué trabajo tiene Santiago Arango puesta la cabeza en este momento?
"Empecé un proyecto con la banda de metal Masacre y su líder Alex Oquendo para publicar la biografía oficial del grupo. Pensamos contar esa historia musical a través de lo que significa la palabra masacre en el país. Entregarle al lector algo que vaya más allá de la historia de la banda que nació por ejemplo en 1988, año en que fue la masacre de Segovia. Escribiremos de una agrupación que desde sus letras habla de los problemas del país"
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