El tema de la inmigración no deja de ser parte activa de la agenda del presidente de E.U., Barack Obama.
Ayer, a través de periódico The Washington Post , se conocieron unas cifras de deportaciones que han causado malestar entre la comunidad inmigrante del país.
El diario afirma que el actual Gobierno deporta inmigrantes indocumentados en cantidades sin precedentes y que ha intensificado la inspección de cientos de empresas que contratan mano de obra ilegal. Incluso, el informe habla de que el ritmo de las inspecciones es cuatro veces mayor al de la era Bush.
Según la Agencia de Inmigración y Aduanas, (ICE por su sigla en inglés) en el período fiscal 2008, el Gobierno de Estados Unidos deportó 369.221 personas, de las que 114.415 habían cometido algún delito y que en 2009, fueron 387.790 las personas deportadas, de las cuales 136.126 eran delincuentes.
Desde que comenzó el actual periodo, el 1 de octubre pasado, y hasta el 7 de junio, fueron deportadas 227.163 personas de las cuales 113.453 cometieron delitos.
Esta situación, según analistas, genera confusión en la gente, pues por un lado el Gobierno demandó la ley de Arizona, que debe entrar en vigor este jueves, y por otro aumentaron las deportaciones como lo reflejan estos números.
En diálogo con EL COLOMBIANO, Marc Rosenblum, analista del Instituto de Política de Migración de Estados Unidos, afirmó que si bien el tema migratorio es un asunto de política nacional, la Casa Blanca no está de acuerdo con la forma que impone Arizona, que criminaliza a los indocumentados.
Y es que la aprobación de los estadounidenses de la ley (con cerca del 57 por ciento de apoyo) dificulta el trabajo de Obama, pues luego de que su Gobierno demandó la ley antiinmigratoria, "la gente espera que haga algo, lo que sea pero que lo haga", insiste el experto.
Lo que queda demostrado con estas cifras, según el analista, es que el Gobierno sí ha hecho y más de lo que la gente piensa: "más que los anteriores mandatos", dice.
Otro punto que para Rosenblum dificulta el trabajo de Obama, quien quiere aumentar las deportaciones de los delincuentes, es que "la mayoría de ilegales no lo son", por lo que debe encontrar la mejor manera para ejecutar una reforma migratoria que deje satisfechos a todos: a los estadounidenses y a los inmigrantes, tanto con documentos como sin ellos.
Sigue el rechazo a la ley
Las organizaciones defensoras de los inmigrantes no se resignan a que la ley entre en vigor, por lo que hoy se trasladarán, desde las diferentes ciudades del país, hacia Washington, miles de críticos para rechazar no sólo la ley sino la cantidad de deportaciones durante el actual mandato.
Nora Sandigo es una de las que lucha por los derechos del inmigrante. Es la fundadora de la organización Fraternidad Americana, que alberga unos 800 niños latinos que han sido separados de sus padres deportados.
Nora le contó a este diario que hoy cientos de buses llegarán de todos los estados para "marchar mañana y tocar el corazón del Presidente para que pare con las deportaciones y las redadas, y para que haga una reforma migratoria urgente".
Según Sandigo, la comunidad inmigrante no protesta contra Obama, pues está consciente de que "él ha hecho mucho por esta población, pero le vamos a cobrar la promesa que nos hizo a los votantes", comenta Nora, quien está segura de que con voluntad política, "con su firma", la pesadilla de los inmigrantes se terminará en E.U.
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