"Si la academia de artes y la empresa privada pensaran en dar capacitación en arte y muralismo, motivarían a muchos pelados de la calle a hacer obras grandes para que no se queden solo haciendo maldades, rayando la casa del vecino".
Esta es la visión que tiene Cristian Camilo Osorio Cardona, graffitero y estudiante de quinto semestre de Artes Plásticas de la U. de A., que se ganó la convocatoria para realizar un gran grafiti en uno de los muros exteriores de la sede de Ruta N y quien no comparte que se use el grafiti sin sentido ni marco conceptual.
"Para muchos grafiti es eso, rayones y letras que no se entienden. Pero cuando uno lo estudia, y ve que son formas de expresión que tienen parte del origen entre los latinos en Nueva York, uno empieza a entenderlo de otras formas".
Su obra, que ocupa un espacio de cinco metros de alto por nueve de ancho, está inspirada en la educación.
"Me fui por el lado de la educación y cómo la ciudad va cambiando a partir de eso. Pinté un niño que está haciendo sus tareas de matemáticas pero a la vez, en su imaginación hay otros cuentos: otras cosas divertidas que van de la mano con todo lo que aprende en el colegio", explica Cristian Camilo a la vez que confiesa que lo hizo muy desde su experiencia personal.
Recuerda entonces que pintar le apasiona desde niño, desde cuando veía cómo su hermano y sus amigos jugaban con letras grandes. Y empezó a rayar. Siempre hacía bocetos y estos encajaron con su visión en el momento en el que entró a la universidad y a la par conoció el taller de grafiti de Crew Peligrosos.
"Yo empecé a entrenar break dance y fue ahí donde me enteré de que en Crew ellos dictaban esos talleres de grafiti. Me metí, empecé a dibujar y hacer bocetos bacanos. Juan David Zapata, el primer artista de grafitis que tuvo Crew me dijo: estoy solo, vamos a pintar juntos. En ese momento estaba en el primer semestre en la U. de A".
Mientras más aprendía en la academia, más entendía que el baile se debía quedar relegado para darle paso al estudio, al grafiti y la natación. Cristian Camilo hace parte del equipo de ruggby subacuático del Alma Máter.
"La natación ha sido importante no solo por disciplina sino porque uno pintando con aerosoles se puede contaminar los pulmones. Yo me protejo con una careta pero a veces uno se olvida creyendo que por estar al aire libre no hay problema. Los aerosoles pueden decir que no son tóxicos pero son pigmentos sólidos que de alguna forma van a dar a los pulmones, al igual que el humo de los autos", precisa este joven creador.
Ganador
El grafiti de Cristian Camilo Osorio en Ruta N es el primero de una serie de obras que allí se adelantarán. Un proyecto que le da alas a este joven artista que sueña con pintar en gran formato, en volverse un muralista en la vía pública.
"A través de la obra mural, que es pública, la gente que no puede ir a un museo también va aprendiendo a valorar y a conocer a otros artistas", destaca Cristian.
Recuerda entonces lo emocionante que fue el proceso de trabajar ante la mirada de los transeúntes. "Es muy bacano cuando uno está pintando y la gente pasa y uno ve que entienden un poco lo que uno está haciendo. Por Ruta N pasa mucha gente y también hay muchos indigentes, y es increíble cómo ellos entienden el arte. Entendían el concepto de una, no se cómo lo hacen. Hablaban de la educación y la imaginación de los niños. Esto me pareció muy sorprendente", recuerda emocionado por esas manifestaciones.
Al igual que los cientos de personas que pasan a diario por Ruta N, Cristian Camilo ve su obra camino a la universidad, un paso obligado que le genera dos sentimientos.
"Es bacano verla de paso para la U., pero para uno como artista también es un poco tormentoso encontrarla todos los días porque uno siempre quiere hacer mejor las cosas", afirma categórico. Explica entonces que verla a diario le permite pensar: si le hubiera hecho esto... o aquello... "Pero eso es bacano porque quiere decir que la próxima obra va a ser mucho mejor".
Reconoce que a pesar del cierto inconformismo que le produce su obra, lo que más felicidad le da es escuchar los comentarios de los amigos y de la gente que trabaja allá "porque al fin y al cabo la obra es para la gente".
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