Cinco días parecieran haber sido poco para todo lo que movió este año la Travesía Max-Bosi Golfo de Morrosquillos, la competencia de resistencia deportiva pionera en el país.
El montaje, cuentan sus organizadores, duró más de seis meses. Pero, ante todo, destacan Jorge Diego Llano y Luisa Fernanda Ríos, los principales responsables del éxito de la octava edición de la prueba que nació en el Suroeste antioqueño en 2000.
Sin embargo, detrás de ellos, un grupo interdisciplinario de colaboradores, profesionales todos en distintas áreas, hicieron posible que en Coveñas y luego de cinco días de intenso ajetreo en mar y tierra todos, al unísono, pudieran cantar victoria, a su modo. Aunque con el mismo cansancio acumulado, muchos, incluso, sin dormir.
Este año, después de conquistar el Suroeste paisa (2000), el Tayrona (2001), el Amazonas (2002), Los Nevados (2003), Meseta Cundiboyasence (2004), Cartagena (2005), Los Llanos (2007), esta carrera de tipo non stop (sin parar), cumplió el objetivo de interactuar con los nativos de la zona del Morrosquillo, quienes a través de guarda-parques, practicantes del Sena, integrantes de instituciones que propenden por la conservación de los recursos naturales y oriundos, tuvieron un papel preponderante en los distintos Puestos de Control (PC) distribuidos (18 en total).
Las distintas alcaldías, en especial las de Tolú, Coveñas, San Bernardo del Viento y San Onofre, estuvieron comprometidas en el proyecto, que en esta ocasión contó con el respaldo total de la Armada Nacional y la Policía Nacional, instituciones que no solo brindaron seguridad a los competidores en su paso por las 53 poblaciones que atravesaron sino que, además, sirvió para que las comunidades tuvieran un contacto directo con los uniformados.
Seis meses
“La verdad es que desde enero empezamos a trabajar en el proyecto. Tuvimos toda la colaboración de las alcaldías y de la fuerza pública, cuyas autoridades más altas conocieron de la Travesía como un evento deportivo y social”, señala Luisa Fernanda, quien ayer, entregaba mercados a algunas de las comunidades más necesitadas porque “queremos retribuir en algo el apoyo que nos dan”.
La Travesía por el Morrosquillo, que terminó con la victoria del equipo de Bosi-Medellín en la modalidad de expedición, movió 70 personas de logística (promotores, montaje de campamentos, alimentación, promoción, inscripciones, comercial, sistemas, comunicaciones, tramitología y gestión) y 300 de seguridad (uniformados de la Primera Brigada de Infantería de Marina, guardacostas, policías de Sucre y de carreteras).
“Esto es una experiencia maravillosa desde donde se vea y por eso la apoyamos”, manifiesta el suboficial de la Infantería, Álvaro Mejía. “Cubrimos amplia zona del territorio y nos apoyamos en mar con lanchas para contribuir con la carrera”. Es tanta la motivación que tanto la Armada como la Policía Nacional le solicitaron a la organización de la Travesía tenerlos en cuenta para que sus nacientes equipos participen en la carrera Siete Cerros-Medellín, cuyo montaje corresponde a Max-Bosi de Aventura.