Curuzú Cuatiá, su patria chica, tiene la bandera amarilla, roja y azul. Así que solo fue cambiar el orden, porque Colombia es la nueva casa de Sebastián Decoud.
El argentino, nacido en un pequeño pueblo al norte de Argentina, con más influencia paraguaya que pampera, es el nuevo campeón del Open EPM de tenis de Medellín, tras vencer ayer al chileno Guillermo Rivera-Aranguiz, y demostrar que en su nuevo hogar se habla medio arrastrado, y el tinto es el café, no el vino.
"Medellín me encanta y me va bastante bien; lo digo en serio, deberían hacer más torneos y así me meto entre los mejores 50 del mundo", dice Sebastián, quien tras casarse con la presentadora colombiana Mábel Cartagena, cambió su residencia de Argentina a Colombia.
"Me siento bien jugando en Colombia, me agradan las ciudades, la gente que acompaña. Y me va muy bien, ya son dos títulos y voy por otro más a Manizales. Te da confianza para seguir compitiendo", anota Sebastián, hoy radicado en Bogotá.
Aunque es su nueva casa, las cosas no fueron fáciles. En frente tuvo al chileno Rivera-Aranguiz, una especie de muro que devolvía todo lo que le tiraban. Fue tan bravo el duelo que el primer set se saldó sin quiebres y con un apretado 8-6 en el desempate tras 70 minutos.
Luego, en el segundo, el austral se puso 4-1 arriba, pero una llamada al médico y un segundo aire del argentino, llevaron a igualar cartones y cantar victoria en el game 12 del set. Los parciales finales fueron de 7-6 (6) y 7-5 en favor de Decoud en dos horas de partido.
"Me sentí jugando bien en la semana, me voy con un gran recuerdo de Medellín y quiero volver", dijo Rivera, quien tuvo el apoyo de la tribuna por ser el extranjero. Sí, es que Decoud ya es más colombiano que argentino. "Colombia me sienta bien".
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