El controvertido tema del matrimonio homosexual volvió a ser noticia la semana pasada cuando la Corte Suprema de Estados Unidos declaró inconstitucional la sección tercera de la Ley Doma de defensa del matrimonio y la calificó como una "discriminación establecida por la ley".
¿Por qué es importante defender el concepto tradicional de matrimonio? ¿Se atenta contra la igualdad? ¿Se busca discriminar?
Defender la familia significa entender que el amor conyugal está ordenado por su propia naturaleza a la donación entre un ser masculino y femenino, lo que trae como fruto una nueva vida. A que un padre y una madre eduquen a sus hijos por medio de la reciprocidad y complementariedad que da la relación entre un hombre y una mujer.
Significa valorar la familia como núcleo de la sociedad, la cual durante milenios ha tenido la misma esencia basada en la ley natural que está inscrita en el corazón del hombre. Durante milenos también ha existido el homosexualismo, pero en los últimos años, por primera vez en la historia, se pretende trastocar este núcleo y equiparar con el matrimonio y familia a la unión de dos personas del mismo sexo, en nombre de una sociedad laica -que resulta más bien un laicismo agresivo cerrado a cualquier posibilidad de trascendencia- y busca poner los supuestos derechos de unas minorías por encima del bien común.
Defender el matrimonio como unión exclusiva entre un hombre y una mujer es entender que las leyes civiles son principios que estructuran la vida del hombre y que la implementación o abolición de cada ley va marcando una manera de pensar y de actuar en la sociedad. Es ver con realismo que si se aceptan ese tipo de uniones, se impondrá un concepto de familia que nada tiene que ver con el de familias que tienen como base la unión heterosexual y como fruto, en la mayoría de los casos, la procreación y educación de los hijos.
Equiparar con el matrimonio la unión de dos personas del mismo sexo no es por lo tanto dar un paso adelante ni ser una sociedad más vanguardista. Es más bien redefinir erradamente, desde sus cimientos, la institución más antigua y universal que existe.
La familia está en crisis y en ella radican muchas de las crisis personales que hacen eco en el mundo que los rodea. La solución está en trabajar para cuidarla de los atentados que sufre a nivel global -muchos de ellos radican en la falta de una figura paterna o materna- y que traen dolorosas consecuencias entre cada uno de sus hijos. La igualdad consiste en reconocer que cada ser humano tiene la misma dignidad, independientemente de donde provenga. El problema está en buscar la igualdad en dos realidades que de suyo son diferentes, como lo es una relación homosexual con una heterosexual.
Dudo mucho que reinventar el concepto de familia sea la solución para que nos volvamos una sociedad más justa e igualitaria.
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