Estoy en la plaza central de San Antero, Córdoba, donde en tres días las autoridades municipales le devolverán la honra a "Leonela", asna ya difunta coronada en 1987 como reina de la primera edición del Festival del Burro.
"Leonela" ha sido la única burra de la historia sometida al escarnio público por su falta de castidad. Meses después de su elección como reina, el campesino Indulfo Romero , dueño de la pollina que ocupó el segundo puesto, impugnó el resultado. Su alegato parecía un chiste: "Leonela" no era "señorita". Al intentar resolver el litigio en derecho, los miembros de la junta directiva del festival se llevaron tremenda sorpresa: algún bromista anónimo había incluido entre las bases del concurso un disparate monumental: la burra ganadora debía ser virgen. "Leonela" no tenía cría en aquel momento, pero varios lugareños atestiguaron haberla visto retozando con un jumento bajo la sombra de un guayacán.
Cuando "Leonela" fue coronada en medio de aplausos, su propietario, Mariano Correa , obtuvo un premio de trescientos mil pesos, es decir, casi quince salarios mínimos de la época. Correa quedó tan agradecido con su burra que decretó, de golpe y porrazo, jubilarla: en adelante sería tratada como una verdadera reina: nada de arrear bultos de leña, nada de trasegar por las trochas de la región. Quedaría suelta a sus anchas en el patio de la casa, y solo sería utilizada en tareas menores dentro de los confines del pueblo. Entonces surgió aquella disputa: "Leonela" fue despojada de la corona, y al pobre Correa le tocó devolver el dinero, que ya se había gastado.
Un cuarto de siglo después, muertos ya los dos protagonistas de la historia, el festival ha decidido reparar la injusticia: los herederos del señor Correa recibirán un cheque de dos millones de pesos y dos nietas de "Leonela" serán laureadas en la plaza central.
San Antero, un pueblo cordobés lamido por el Mar Caribe, es el único lugar de Colombia en el cual se le rinde tributo al asno. Para la gente de la región, el burro es tranvía y barco carguero, carroza y portador de primicias. En burro los habitantes han avanzado hacia el mundo que está más allá de sus propios solares, en burro han mercadeado sus productos y dominado los ásperos cerros de su entorno, en burro se han fugado con la mujer amada. A lomo de burro forjaron todos estos pueblos ardientes en los cuales aprendieron a conocer la tierra y a nombrar sus asombros.
El festival honra a tan noble animal y además lo convierte en protagonista de una sátira colectiva contra los dirigentes tramposos y otros personajes indeseables de la actualidad.
En 2012 el acto principal será la ceremonia de desagravio a "Leonela". Una típica humorada Caribe, qué duda cabe, pero esta vez la situación es distinta: los 45 mil habitantes del pueblo ya han aprendido que ninguna criatura femenina, ni siquiera la más humilde burra, pierde sus derechos al perder la virginidad. Y esto, aunque nos haga reír, no es un chiste.
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