Correo enviado a Juan José Hoyos, vecino de página dominical, días antes de la presentación en la feria del libro de Bogotá de su último parto, " La pasión de escribir ":
"Anoche tuve este sueño: Llego hacia el mediodía a una oficina de la feria del libro y te pillo cachando con una veterana. Sonríen. A un lado está el mandamás de la oficina, el amigo y colega Orlando Cadavid. En el sueño todo es alegría.
Te veo joven, como en una foto en blanco y negro en la que aparecemos con Juan José García y el che Spitaletta, la vez que fuimos jurados en un premio de periodismo universitario que patrocinó El Colombiano. (El premio no se repitió).
Después del saludo, le pregunto a Cadavid por qué tan elegante, si es domingo. El gigantesco bellanita anda de cachaco y calza zapatos puntudos, hechos para matar cucarachas en las esquinas.
Gastador que es uno, te invito a desayunar (a pesar de que es tarde, como para pensar en desayuno. Pero los sueños -diría Freud- no respetan pinta. Ni horario). Nos vamos a desayunar a la plaza de comidas. Pido algo. Tú dices: "Ya vuelvo".
A mi lado desayunan dos alebrestadas catanas. Una de ellas me pide que le pase la sal. De pronto aparecen mi hija y Joshua, su esposo. El yerno también se evapora. Alguien trae la cuenta. Mi hija paga (¿¡). Nunca volviste a aparecer. Así termina el sueño.
Como el desayuno soñado no se compartió nunca, te invito a desayunar cuando vengas a Bogotá a presentar tu libro".
El cronista mayor de Aranjuez estuvo en Bogotá pero nunca apareció para el golpe mañanero. Lo abruman el frío, el tráfico, y ese aire de ciudad bombardeada que tiene Bogotá.
Desde gallinero, en la sala José Eustasio Rivera, seguí la presentación del libro de Juan José. Maryluz Vallejo y Alberto Salcedo, entrevistaron al tímido cronista-novelista-columnista-periodista. Muy carnudo el pabellón de la U. de Antioquia. (Al lado, tuteándose con el "hermano mayor", el puesto de editorial Eafit también con opípara y variopinta oferta).
Muy cachaca la asistencia. Estuvieron por lo menos cuatro periodistas cuyas crónicas reproduce el libro: el maestro Javier Darío Restrepo, cuya esposa, Gloria, fue "recogida por el silencio" recientemente, el más citado de la noche, Germán Castro Caicedo, Gonzalo Castellanos, fugaz corresponsal de El Tiempo en Medellín cuya gente lo flechó para siempre. (El cuarto cronista es Salcedo).
Concurrieron las viudas de Germán Pinzón y de Arturo Alape, una hija de Felipe González Toledo. Todos hachas y duchos para la crónica.
Me abrí del parche cuando terminó la parte académica. Felicitaciones y gracias a la Universidad y a JJ por depararles a estudiosos y profanos semejante menú sobre el género. Y por las buenas crónicas. O reportajes. O lo que sea. Lo que cuenta es que la historia esté bien contada.
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6