Extrañeza general han causado las declaraciones del ex viceministro de la defensa Sergio Jaramillo, en el diario El Tiempo del domingo 20 de diciembre, porque parece desconocer cualquier desarrollo positivo por parte de la Fuerza Pública contra los actores violentos antes de 2002. En efecto, sin pretender ignorar los logros alcanzados por la Seguridad Democrática hasta el momento, como tampoco el tesón y voluntad incuestionable del presidente Uribe en la búsqueda de la victoria sobre los violentos, algunos de los planteamientos del señor Jaramillo son verdaderamente desafortunados.
Decir por ejemplo que: "la pelea es peleando y nunca se había peleado de manera tan profesional, que: la nueva generación de generales se distinguen porque creció y se educó en las operaciones...", y atreverse a mencionar una lista de distinguidos oficiales de insignias, casi todos del Ejército Nacional, es algo verdaderamente preocupante. Es inconcebible que un ex viceministro de la defensa, se arrogue la potestad de evaluar en público a los generales de la república, y hasta se dé el lujo de dejar por fuera de su listado a un grupo significativo de almirantes y generales en servicios activo.
Este exabrupto se ha convertido en un caso único en la historia reciente del país, y aunque ha sido calificado de ligero y hasta con visos de irresponsabilidad, las aseveraciones del ex viceministro, más bien restan y no suman a la unidad monolítica, que se necesita hoy, y que debe caracterizar al Cuerpo de Generales y Almirantes en actividad, como también, a los conductores políticos de turno.
No quisiera pensar, que el doctor Jaramillo, haga parte de aquellos que promueven el síndrome de Adán, antes de..., todo era oscuridad... Por el contrario, quiero expresarle con toda consideración, que en mi caso, peleamos esta guerra como usted llama a la conducción militar, dentro de las circunstancias particulares y dificultades de su momento, pero con alto sentido profesional y compromiso patrio.
Y que además también defendimos como lo hacen los señores generales y almirantes actuales, a los colombianos y sus instituciones republicanas. No nos venga usted con el cuento, que hasta ahora se defiende con honor la patria.
Desde esta tribuna de opinión continuaremos comprometidos con la defensa de la patria, ¡Por favor Doctor Jaramillo! No nos venga a dar lecciones de patriotismo. Más bien, permítanme darle un buen consejo: no involucre la seguridad nacional en temas de coyuntura política, como es el caso del referendo. Por supuesto, usted, es libre de opinar, estar o no de acuerdo con esta posibilidad, pero no debe olvidar que el mandato constitucional de las Fuerzas Militares va más allá de sus inoportunas elucubraciones políticas y reglas de juego.
Para terminar, un consejo final, Dividir, no es el método, antes de 2002, también, existía un Ejército profesional, respetado, respetable y unos generales y almirantes que usted, tal vez no conoció, que fueron y aún son leales defensores de su patria y de la institucionalidad, del Estado colombiano.
*Mayor General (r) Ejército Nacional
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