Me cuenta mi compañero de colegio en San Ignacio, Iván Restrepo, que a Evo Morales le molestan mucho los cuentos que le han sacado por su ignorancia y torpeza. Hace poco detuvieron en Bolivia al intérprete de esos cuentos y se lo llevaron al presidente:
- ¿Así que tú eres Pepito, el de los cuentos? Le preguntó el indio presidente.
- No, señor presidente, yo soy el de los chistes, el de los cuentos es usted.
Este año se están celebrando con mucha pompa las vísperas del bicentenario del grito de independencia que celebraremos el 20 de julio del 2010. Empezando por los soldados, policías y civiles que cabalgaron desde los Llanos Orientales hasta el Puente de Boyacá, cerca a Tunja, recordando la gesta libertadora de nuestros próceres que atravesaron la cordillera Oriental por el páramo del Pisba.
Es bueno recordar que del grito de independencia en la Casa del Florero en Bogotá, a la derrota de Barreiro en Boyacá, en agosto 7 de 1819, pasaron nueve largos años bajo el yugo español y aún después de esa derrota de España en la Sabana Cundiboyacense, en Antioquia seguíamos con gobernador español (Carlos Tolrá) y en Popayán y Pasto seguían los realistas en el poder.
Tendría que llegar el coronel José María Córdova en diciembre de 1819, nombrado gobernador de Antioquia por el general Bolívar, para "hacer tomar las de Villadiego" al realista Tolrá y tomar posesión de su amada Antioquia, que también se había declarado independiente de España en el año 1813, el 11 de agosto. Por la solvencia y fervor patriótico del dictador Juan del Corral y don José María Ortiz, que en compañía de otros patriotas firmaron el acta de Independencia.
Así pues, el 20 de julio es a Colombia, lo que el 11 de agosto es a Antioquia, como dijimos en la Casa de la Convención en Rionegro, celebrando el aniversario de la batalla de Ayacucho hace dos años. También es bueno recordar que fue la batalla de Chorros Blancos, el 12 de febrero de 1820, con el triunfo del general José María Córdova, en ese entonces coronel y gobernador de Antioquia, sobre las tropas de Warleta, la que nos liberó de la reconquista española, pues los realistas de haber triunfado, se hubieran comunicado con las fuerzas del sur que de Popayán venían ya, por Cartago.
Es un deber recordar que el teniente coronel Manuel Dimas del Corral, hijo del dictador Juan del Corral y el general Juan María Gómez, acompañaron con sus espadas, fusiles y valentía al joven gobernador y coronel José María Córdova en la batalla de Chorros Blancos y en las que siguieron (Majagual, Tenerife etc.) hasta sacar a los realistas a Cartagena acabando así con la reconquista de Sámano y Warleta. Una cosa es el cuento de los gritos de Independencia y otra es el triunfo militar.
ÑAPA primera . Mi amigo, el historiador y periodista Ignacio Arizmendi, me envió esta décima a raíz de mi comentario sobre la "embajada lambona a Venezuela":
" Tú te preguntas, amigo,/ por qué Cuartas y Dussán / con misiá Teodora van/ a buscar el dulce abrigo/ de Chávez, orangután./ Lo hacen por ser afines/ de su amado dictador,/ para buscar su favor/ inclinados en cojines/ como prueba de su amor."
ÑAPA segunda . P ido licencia señores,/ para irme a descansar,/ donde no me pueda hallar,/ ni el más mínimo gusano,/ que venga de Venezuela,/ Ecuador o del Caguán./ Puede ser un mojojoy de Bolivia,/ o colombiano,/ de las selvas de Chocó,/ amigo de la Teodora/ o del tal Mono Jojoy.
Esta columna volverá, si Dios quiere y la dirección de El Colombiano también, en el mes de septiembre.
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