En estas mujeres pudo más el deseo de servir y salvar vidas ajenas. Pese al dolor por perder sus familiares, Luz Elena Jaramillo y Clarita* prolongaron la existencia de sus hijas en otros.
Sin embargo, antes de que las tocara de cerca la muerte, ellas ya habían estado de acuerdo con la donación.
"... entonces quedamos en eso. Liset me decía ´sí mamá, sí yo me muero, hay que dar lo que sirva´. Yo le respondí ´de pronto sirve todo lo tuyo porque estás muy joven, vos con 25 años estás en plena juventud´", relata Luz.
Y es que donar es un acto altruista y de tanto desprendimiento que solo algunas personas, muy pocas, se atreven a hacerlo. Entre enero y septiembre de 2013 hubo en Colombia 262 donantes reales de órganos mientras que en el mismo periodo del 2012 hubo 298, una disminución de 12.1 por ciento.
Así lo cuenta Clarita: "Es duro, pero fortalece. Para nosotros fue muy grande el dolor de enterrar a la hija, pero nos fortalecía, y así sigue pasando, la alegría tan grande que sería para quienes recibieron la donación. La gente debería analizar bien qué pueden hacer, porque por encima de ese dolor se salvarían muchas vidas".
*Nombre cambiado por petición de la fuente
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