Películas sobre el fin del mundo hay tantas como profecías que lo vaticinan. Hasta hoy, el mundo ha salido incólume de los meteoritos, las invasiones zombie, las conquistas alienígenas, o las epidemias que Hollywood ha inventado para engordar la taquilla.
Tanto es así que la industria cinematográfica ya tiene director designado cuando de acabar el mundo se trata. Después de la amenza extraterrestre de Día de la independecia (1996), que por poco deja la Tierra en cenizas, Roland Emmerich dirigió El día de mañana y 2012.
Cuando el rumor sobre el fin del mundo venía envuelto en forma de meteorito, a finales de los años 90, la respuesta de Hollywood fue un blockbuster de vaqueros espaciales titulada Armaggedon.
Ese mismo año, 1998, las salas exhibieron Impacto profundo, una versión en la que el mundo no salía tan bien librado como en la aventura cósmica de Ben Affleck y Bruce Willis.
Si en este 2012 el mundo sobrevive, tal vez tenga que vérselas con el fin de los tiempos que el director mexicano Alfonso Cuadrón fijó en Children of men para 2027, año de guerras brutales en el que los hombres dejarán de procrear.
Tan rentable parece ser el tema del fin del mundo que figuras de la talla de Lars Von Trier, quien en 2009 se proclamó en Cannes "el mejor director de cine del mundo", han dado su visión ficcional sobre la materia.
Un año atrás, en Melancholia, el danés imaginó el fin del fin en medio de la apacible campiña inglesa.
Dos hermanas protagonizan la cinta. Claire entra en pánico mientras Justine acomoda bien la butaca para no perderse el espectáculo. Por si acaso, una actitud que vale la pena imitarn
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