A nombre de sus afiliados, la Cámara Colombiana de Infraestructura (CCI) le está pidiendo cacao al Gobierno. La razón fundamental tiene que ver con el precio del asfalto líquido, que en un año se trepó, según sus cuentas, el 100 por ciento y les está desestabilizando los presupuestos de obra pública.
En cristiano, el asfalto que se usa para construir las carreteras es una mezcla de materiales triturados, arena y una emulsión o betún derivado del petróleo. Con los pétreos ingredientes no hay mayor problema, dice la CCI. La cosa se ha puesto dura es con el asfalto líquido que produce, en condiciones de monopolio o único productor, la Empresa Colombiana de Petróleos (Ecopetrol).
Este es el mayor jugador del mercado y los empresarios tienen tres opciones: comprarle a Ecopetrol directamente, o a una de las dos grandes comercializadoras, llamadas Shell y MPI.
El presidente de la CCI, Juan Martín Caicedo Ferrer, afirmó, en carta enviada al presidente de la República, que la tonelada de asfalto líquido suministrada por Ecopetrol pasó de 590.000 pesos en agosto de 2007, a un millón 135.000 pesos en agosto del 2008. Tal reajuste, en doce meses, le merece el calificativo de "desbordado".
Amparado en esa cifra, Caicedo Ferrer manifestó que tales reajustes se convierten en "una amenaza de proporciones insospechadas y de gravísimos efectos, frente a la decisión del Gobierno de avanzar en la reparación y la construcción de las vías. El país las requiere con afán, a la vez que la inversión en infraestructura se convierte en el mejor antídoto para evitar el posible decaimiento de la economía y hacer sostenible su crecimiento".
José Fernando Villegas Hortal, director Ejecutivo de la CCI en Antioquia, le dijo a este diario que, dependiendo del tipo de obra pública que se ejecute, la mezcla asfáltica pesa entre un 30 y un 75 por ciento del presupuesto.
Adicionalmente, dentro de esa misma mezcla el betún o emulsión suministrado por Ecopetrol tiene una participación del 50 por ciento.
Villegas Hortal hace la siguiente cuenta: debido al fuerte salto del precio del asfalto, los 100 pesos que hace un año se tenían para una obra pública, hoy apenas rinden 75 pesos.
El gremio tiene una triple preocupación. La primera, es que les late que con el cantado ajuste fiscal las partidas para obras de infraestructura van a perder el pulso frente a los gastos en educación, pensiones, transferencias y demás rubros que, por mandatos constitucionales, no pueden adelgazarse.
La segunda, es que los contratos de obra pública se están desfasando por cuenta del precio del asfalto líquido; como, aclara el dirigente gremial seccional, esta no es una causa imputable al contratista, el Estado debe velar por restablecer el equilibrio económico del contrato. Si esto no se hace podrían venir procesos que parten en tribunales de arbitramento y que, en último término, podrían degenerar en largas y costosas demandas.
Hoy la CCI hablará del tema con los ministros de Minas y Transporte, Ecopetrol y el Dane. Se mirará el precio del asfalto líquido, que la petrolera fija usando como referente la cotización del fuel oil en Nueva York, con el argumento de que haría mejor negocio si en lugar de asfalto produjera ese combustible.
También se revisarán los índices de costos del Dane que las entidades contratantes utilizan para actualizar los presupuestos.
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