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El Caguán fracasó por el doble juego de la guerrilla

15 de noviembre de 2008
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Nueve años después del esperanzador 9 de enero de 1999, día en que iniciaron los diálogos entre las Farc y el Gobierno del entonces presidente, Andrés Pastrana Arango, en una zona de 42 mil kilómetros cuadrados, las intenciones de paz de la guerrilla han vuelto a quedar en entredicho.

En su más reciente libro, titulado La paz en Colombia , el ex presidente de Cuba Fidel Castro relata su participación en los momentos trascendentales de la historia colombiana: desde su visita a Bogotá el 7 de abril de 1948 -dos días antes del asesinato de Jorge Eliécer Gaitán- hasta los encuentros de su hombre de confianza, José Arbesú, con "Manuel Marulanda Vélez", en la otrora zona de distensión.

Lo impactante del libro son las intenciones que "Tirofijo" confesó tener con el proceso de paz. Estas revelaciones no fueron públicas en su momento por solicitud de "Marulanda": "Finalmente, nos dijo que podíamos transmitirle a Pastrana todo lo que habíamos conversado, salvo lo relativo al Plan Estratégico Político-Militar".

El as de las Farc bajo la mesa consistía en adelantar una ofensiva militar para tomarse el poder, mientras dialogaba con Pastrana y la comunidad internacional.

Hoy Castro devela a las Farc y con ello certifica que el proceso de paz en el Caguán nació muerto. Así lo demuestra, por ejemplo, al citar un comunicado de su Embajada en Colombia, que calificó un encuentro con "Raúl Reyes", "Mono Jojoy" y "Joaquín Gómez", de "pesimista respecto al reinicio de negociaciones y tal parece que a las Farc no les interesa el proceso de paz, ni mantener zona de despeje en el Caguán".

Esta afirmación sería ratificada más adelante en uno de los informes enviados por Arbesú a Castro el 12 de enero de 1999, también citado por el ex presidente cubano en su libro, y en el cual el delegado afirma que "Marulanda" "ratificó que la única forma de presionar al Gobierno es continuar la guerra, y que esta no se paralizará, por lo que no aceptarán un cese al fuego, muy por el contrario, en breve, iniciarán una fuerte ofensiva militar que pretenden generalizar a todo lo largo del país".

Incluso, las pretensiones de la guerrilla fueron en detalle comentadas por "Marulanda" al emisor de Castro en el Caguán. Le adelantó que el Plan Estratégico Político-Militar contemplaba, básicamente, "la posibilidad de convocar a una lucha continental y pedir ayuda a revolucionarios de otros países", antes de "dividir el país en dos, tomando el poder en dos o tres departamentos del Sur (Caquetá, Putumayo, Meta), mientras que en el Norte mantendrán cercadas y bloqueadas a las grandes ciudades".

Esto concuerda con el comunicado que tres meses después de la ruptura, en febrero de 2002, las Farc emiten para exigir la desmilitarización de Caquetá y Putumayo como nuevas condiciones para reanudar el diálogo.Listos para todo
El entonces comisionado de Paz, Camilo Gómez, habló con Colprensa y recordó que entre Pastrana y "Marulanda", el ex presidente le decía: "el Gobierno tiene listo un Ejército para la paz, pero también para la guerra".

El ex comisionado reconoció que su dolor de cabeza durante mucho tiempo fue conocer las verdaderas intenciones de la guerrilla, pero "esto terminó cuando el grupo de expertos de la Universidad de Harvard me dijo: No se preocupe. Si no hay voluntad de paz su trabajo es construirla, y si la hay, fomentarla".

Gómez manifestó que el objetivo del gobierno de Pastrana "era construir un proceso de paz, pero mientras esto avanzaba, al tiempo se trabajaba en el fortalecimiento a las Fuerzas Militares. Gracias a esto se han permitido las exitosas operaciones militares de hoy día".

Reiteró que "a 'Marulanda' le dijimos que si quería la paz estábamos listos, que se estaba construyendo un Ejército para la Paz, pero también para la guerra".Dijo lo contrario
El director del semanario Voz , Carlos Lozano, se mostró de acuerdo con el presidente cubano al rechazar el secuestro como una acción política y de guerra, pero destacó que durante una de sus entrevistas con "Marulanda" en el Caguán "él me dijo todo lo contrario".

Lozano, en su libro Reportajes desde el Caguán , dice que "Marulanda" expresa su disposición "a una solución política negociada si el Gobierno accede a unos cambios. Todo lo que las Farc proponían era un vuelco económico, suspender el Plan Colombia. Y como el Gobierno no aceptaba me dijo de una manera coloquial: 'que me digan qué carajos es lo negociable'".

La información publicada por el líder cubano era conocida por el director de Indepaz y ex miembro de la mesa de diálogo con la guerrilla del Eln, Camilo González Posso, quien durante su estadía en La Habana se entrevistó con algunos de los integrantes de dicha comisión años después.

"Yo estuve en Cuba cuando las negociaciones con el Eln y tuve la oportunidad de conversar con algunos dirigentes que me anticiparon lo que ahora dice Fidel Castro, que ellos presentaron fórmulas para la paz pero que no encontraron eco en la guerrilla", dijo González.

Él, quien permaneció por varios meses en San Vicente del Caguán como representante de la sociedad civil, aclaró que "las Farc tenían la ilusión de que esas conversaciones eran un peldaño para conquistar el poder. El Caguán no fue visto como una oportunidad de paz, sino como un forcejeo. Pastrana quería ganar tiempo y mejorar la capacidad de la fuerza pública y las Farc ganar campo político".

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