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El drama de los menores que los paras reclutaron

El reclutamiento forzado frustró la vida de miles de niños y jóvenes que terminaron traumatizados o son criminales.

  • El drama de los menores que los paras reclutaron | Las Auc que más menores reclutaron fueron Bloque Norte (446 menores), Élmer Cárdenas (416), Mineros (386), Sur de Bolívar (268). Foto tomada en una "escuela" de las Auc . FOTO MANUEL SALDARRIAGA
    El drama de los menores que los paras reclutaron | Las Auc que más menores reclutaron fueron Bloque Norte (446 menores), Élmer Cárdenas (416), Mineros (386), Sur de Bolívar (268). Foto tomada en una "escuela" de las Auc . FOTO MANUEL SALDARRIAGA
12 de febrero de 2012
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Ni a los fiscales, ni a los magistrados ni los sicólogos que la oyeron declarar les quedó duda de que Karen* perdió su juventud y el rumbo de su vida cuando a los 15 años los paramilitares que la reclutaron la mandaron a matar a un guerrillero capturado que se hacía pasar como evangélico para conseguir información. Ella no fue capaz de dispararle, pero eso no impidió que sus manos y conciencia quedaran marcadas por la sangre.

Antes de venirse en llanto, esta chica alcanzó declarar, en la audiencia judicial, que esa imagen la atormenta hasta hoy: "Hacían huecos en la tierra para amenazarlo con que lo iban a matar, al final cantó la sopa, que era guerrillero y que hacía inteligencia. Un compañero lo mató y a mí me dieron el machete para que lo rajara antes de enterrarlo. Yo quedé mal, duré como un mes sin comer y no me lo he podido sacar de la cabeza... es como si lo viviera ahora".

Su testimonio, al igual que el de varios hombres y mujeres desmovilizados del bloque Élmer Cárdenas de las Auc, fueron determinantes para que un tribunal de Justicia y Paz condenara, en diciembre pasado, a Freddy Rendón Herrera , alias "el Alemán", a la pena máxima alternativa de ocho años de prisión por el reclutamiento forzado de 309 menores de edad en el Urabá antioqueño y chocoano, entre 1997 y 2005. Los menores terminaron en "escuelas de formación" en Necoclí, Dabeiba, Unguía, Acandí, Medio Atrato y Riosucio.

El excomandante de una de las estructuras más grandes de las autodefensas se convirtió en el primer alto mando de un grupo armado ilegal en Colombia en ser condenado por este crimen de guerra.

La investigación de la Fiscalía General de la Nación que sustentó la condena reveló que los combates que vivieron, los crímenes que cometieron, las atrocidades que vieron y los abusos sufridos convirtieron a muchos de esos menores en criminales. Otros sufren traumas sicológicos, drogadicción o secuelas físicas como mutilaciones, discapacidades, hernias y desplazamiento de huesos que, hoy como adultos, les impiden rehabilitarse porque no pueden trabajar o estudiar.

Expuestos a la violencia
Para el fiscal 44 de Justicia y Paz, Mauricio García , a cargo del proceso, la cantidad de crímenes confesados por los desmovilizados y víctimas confirman "la violencia a la que fueron expuestos niños y jóvenes, que perdieron su niñez cuando pasaron de víctimas a victimarios".

Hasta julio de 2011, los exparamilitares del bloque Élmer Cárdenas habían confesado 783 homicidios, 27 desapariciones forzadas, 58 secuestros, el reclutamiento de 428 menores, 15 masacres, el desplazamiento forzado de 430 víctimas y 33 casos de tortura. Además, se tenían registradas 12.444 víctimas que han denunciado 2.498 homicidios, 878 desapariciones forzadas, 416 reclutamientos ilícitos, 2 torturas y 49 secuestros.

Las secuelas emocionales irreparables que sicólogos expertos en traumas en niños por conflictos armados, como la alemana Nina Winkler , expusieron en el proceso judicial se evidencian en el drama de Javier*. "Mi peor recuerdo son los compañeros muertos en combate que me tocó recoger, siempre me dieron miedo los muertos. Yo entré bien y salí con esquizofrenia y trastorno mental, estoy en tratamiento en el hospital mental. Estudio, pero no he avanzado. Tengo graves problemas de aprendizaje. Es complicado para mí conseguir trabajo", relató el desmovilizado, reclutado a los 16 años en Dabeiba.

Las niñas y los adolescentes sufrieron abusos y violencia sexual, como lo relató Carmen: "Yo fui reclutada en 2002, tenía 16 años. Una noche llegaron a la casa tres paramilitares y dijeron que el comandante quería vernos (...) se quedó viéndome y me dijo que yo iba a ser su escolta personal y también su compañera. Esa misma noche me obligó a tener relaciones sexuales con él".

Elba Beatriz Silva Vargas , jefa de la Unidad de Justicia y Paz de la Fiscalía, destaca que Colombia es el primer país en el mundo en el que un proceso judicial se conjugan el estudio antropológico de la violencia en una región y el Derecho Internacional Humanitario (DIH) que prohíbe el reclutamiento de menores. En el diagnóstico de las víctimas participaron expertos colombianos y extranjeros en psicología clínica con menores, la Defensoría del Pueblo y el Icbf.

Agrega que la sentencia cobra relevancia para la justicia porque "responde a un compromiso de la justicia colombiana con organismos internacionales como la ONU, ante la impunidad en Colombia frente a este delito de lesa humanidad". Silva reconoce que la falta de condenas podía dar lugar a demandas ante tribunales internacionales como la Corte Penal Internacional.

Justicia para victimarios
La investigación también abre una vía jurídica para judicializar a los guerrilleros y los paramilitares responsables de este crimen de guerra. En su defensa, alias "el Alemán" aseguró en las audiencias que "nadie fue reclutado de manera forzada, fue algo voluntario".

Para el fiscal Mauricio García , el argumento expuesto por el hoy condenado quedó sin validez cuando los antropólogos y sicólogos que participaron de la investigación y entrevistaron a algunos desmovilizados concluyeron que los menores "eran sujetos maleables, sin conciencia de los riesgos ni consecuencias de sus actos y que hubo un aprovechamiento de la pobreza, la imagen de poder que proyectaban y hasta de la violencia intrafamiliar de la que muchos jóvenes querían huir".

El reclutamiento de menores fue una práctica sistemática de las Auc en 27 de los 32 departamentos y prueba de ello son los 3.065 desmovilizados registrados como víctimas tras la desmovilización.

Hasta ahora, 57 integrantes de Auc, Farc y Eln reconocieron en sus procesos de la Ley de Justicia y Paz el reclutamiento de 1.528 menores. Entre los que confesaron están los exjefes paramilitares Salvatore Mancuso, Miguel Ángel Melchor Mejía, alias "el Mellizo"; Jorge Iván Laverde, alias "el Iguano"; Ramón Isaza; Oliverio Isaza Gómez, alias "Terror" y Ramiro Vanoy, alias "Cuco" Vanoy.

La guerrilla también es culpable de la tragedia de miles de niños. Alias "Karina", la temida exjefe del frente 47 de las Farc que delinquió en Antioquia, Caldas y Risaralda, está en lista de espera para su juicio por el reclutamiento de 108 niños, entre 1998 y 2006. Muchos de esos menores están muertos porque fueron fusilados o murieron en combates. Las causas que adujo para las ejecuciones fueron "desobediencia", por ser "infiltrados" o por intentos de fuga.

De víctimas a victimarios
Para muchos desmovilizados, la oportunidad de reinserción parece perdida porque su paso por las filas paramilitares los convirtió en criminales. El fiscal García sostiene que en la difícil tarea de rastrear a los 309 excombatientes del bloque Élmer Cárdenas, los investigadores encontraron "que unos 50 de ellos, ya como adultos, tienen antecedentes penales por delitos graves como homicidios, secuestro, desplazamiento forzado, violaciones. Varios están condenados y 17 ya murieron".

La captura de un joven chocoano de 20 años, el pasado primero de enero, durante el operativo de la Policía en una finca de Acandí (Chocó), donde fue abatido Juan de Dios Úsuga, alias "Giovanni", jefe de "los Urabeños", confirma las denuncias de que muchos de los desmovilizados de los bloques paramilitares que actuaron en Urabá integran las bandas criminales. Era uno de las escoltas del antiguo guerrillero del Epl y exparamilitar.

El detenido, conocido como alias "Manuel", aparece registrado en la Fiscalía como una de las 309 víctimas del reclutamiento forzado de menores que la sentencia contra alias "el Alemán" ordena reparar. Tras desmovilizarse en 2005 declaró que ingresó a los 13 años a la "escuela de entrenamiento" de El Roble, que los paramilitares montaron en Necoclí.

Pero el reclutamiento no cesa y sigue frustrando la vida de niños y jóvenes colombianos. Así lo ratifican las autoridades y la Defensoría del Pueblo al afirmar que entre las principales causas del desplazamiento está la amenaza de reclutamiento forzado. Esa fue la razón para que la familia Brito abandonara su casa en zona rural de Riohacha, en La Guajira.

"Nos tocó irnos porque los guerrilleros del frente Resistencia Wayúu de las Farc querían reclutar a mis hijas de 14 y 15 años con promesas de dinero. Las cifras del Programa de Atención al Desmovilizado del Ministerio de Defensa también confirman que el flagelo persiste. De 100 guerrilleros desmovilizados este año, 24 son menores de edad. La guerra les quitó su inocencian

*Nombres cambiados conforme lo dispuesto en el Código del Menor

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