Día tras día, en cada oportunidad, desde Nicolás Maduro hasta el más enrojecido miembro del gobierno venezolano, tilda de fascistas a quienes piensan diferente, o critican la extraña forma de "gobernar" del Socialismo del siglo XX.
La palabra fascista es utilizada por los líderes del actual régimen, combinándola con toda clase de adjetivos para insultar a sus enemigos. Continuamente se escuchan expresiones para calificar a los miembros de la oposición como fascistas criminales, fascistas mentirosos, fascistas asesinos, fascistas corruptos, etc.
En el vecino país es tanta la obsesión con la palabra fascista, que ahora continuamente es utilizada por los periodistas adeptos al régimen.
Un Nicolás Maduro deseoso de acabar con los fascistas, nos ha invitado a todos a unirnos a las jornadas antifascistas, y en especial a asistir al primer "Encuentro Internacional Antifascista por la Paz y la Vida" que tendrá lugar en Caracas luego de 40 años del derrocamiento de Salvador Allende, quien fue el primero que se "enchavetizó", antojándose de construir un Estado socialista, igual a los demás quebrados del planeta.
Peligrosamente, el "Gobierno" de Nicolás Maduro podría estar embarrándola al invitar a propios y extraños a este exótico evento, pues olvida que el fascismo es una infección que sigue vigente, y que su propio régimen podría cumplir con las siguientes características, propias de los auténticos fascistas:
Los visitantes del encuentro, de primera mano, se enterarán que al igual que el fascismo de Benito Mussolini, el de Maduro también cuenta con propiedades de un Estado totalitario, antiparlamentario y antidemocrático.
Al llegar a Caracas, los asistentes podrán percibir que al coartar las libertades de expresión y perseguir a los opositores, el gobierno del heredero de Chávez se parece mucho a los más represores regímenes fascistas de la Italia de comienzos del siglo XX.
Cuando para despertar el nacionalismo venezolano, en el discurso de inauguración del evento Maduro se victimice en contra del imperio, no quedará ninguna duda de que por falta de claridad mental para resolver sus problemas, el líder venezolano utiliza la lucha contra el enemigo común, como la máxima estrategia de publicidad de los fascistas.
¿Qué tal que los invitados comparen las crisis económica y financiera de los gobiernos de Maduro y Allende?
Seguramente le propondrán a Maduro que se dé un autogolpe de Estado.
Existe el riesgo que los asistentes se percaten que existe una burguesía en los altos miembros de gobierno, mientras el pueblo padece la hiperinflación, la sobredevaluación, los apagones de energía, el desabastecimiento y la falta de papel periódico e higiénico.
Probablemente cuando los asistentes al encuentro en Caracas reciban el diploma y queden graduados de antifascistas, querrán salir a practicar los conocimientos adquiridos, y a Nicolás Maduro le regalarán un espejo.
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6
