La preparación de combatientes venezolanos por parte de instructores cubanos y colombianos para una posible guerra interna o un conflicto militar con Estados Unidos es un tema del que se habla con precaución y temor entre los habitantes de los estados fronterizos en Venezuela.
No es fácil que se hable públicamente de un asunto tan espinoso, aunque en algunas reuniones de grupos de ganaderos o comunidades locales se plantee la necesidad de que esta información se conozca más allá de la frontera, ante la incertidumbre que se ha generado.
Incluso algunas personas que han llegado desde Colombia huyendo y en búsqueda de refugio en tierras venezolanas ya no se sienten a salvo pasando la frontera y ahora buscan dirigirse más hacia el interior del país.
Algunos grupos de desplazados escuchan los rumores y temen que los relacionen con esa situación, de acuerdo con un trabajador de una organización no gubernamental que realiza labores humanitarias en la zona fronteriza.
Ante esa situación, un grupo de ganaderos del estado de Zulia organizó en Maracaibo una movilización este viernes contra el secuestro, el asesinato y la extorsión que bautizaron como "el sierrazo", en la que se exigirá respeto por la soberanía nacional y en especial por la región de la Sierra del Perijá, la que según un ganadero de la zona está en manos de grupos irregulares.
El presidente de Fegalago (Federación de Ganaderos y Productores de la Cuenca del Lago de Maracaibo), Rubén Darío Barbosa, dijo que en la Sierra del Perijá han sido desplazadas etnias indígenas y productores para establecer "forajidos y delincuentes de la peor calaña" y que se convirtió en tierra de nadie.
A propósito del tema, el periódico El Nuevo Herald publicó un extenso reportaje en el que señala que una empresa que trabaja en la zona asegura que las instalaciones de un centro turístico fueron tomadas por el gobierno hasta enero del 2009 y que allí opera "uno de los más activos y secretos centros de formación dirigidos por cubanos en Venezuela, en el que también intervienen especialistas de la guerrilla colombiana". Versiones del informe fueron publicados por medios locales como el diario El Nuevo País.
Según el periódico, en una zona forestal de 50 hectáreas cuadradas a dos horas de San Cristóbal, capital del Táchira, y a dos horas y media de territorio colombiano se encuentra el centro de formación que trabaja en la preparación de activistas y combatientes civiles para enfrentar una conmoción interna, como un levantamiento militar o una invasión de tropas estadounidenses.
El Nuevo Herald cita a una mujer de Maracaibo quien asegura que "esperaba asistir a un centro de formación para organizaciones sociales y me encontré con un curso militar".
Tras ser expulsada del campamento se llevó una copia del manual que utilizan, impreso en Cuba, y que hace parte del dossier que acompaña una demanda que fue puesta ante las autoridades.
Un militar retirado que conoce la región porque estuvo de servicio varios años asegura que oficiales que se encuentran en la zona le dicen que hace algunos meses ocurren cosas extrañas y que hay presencia de cubanos, colombianos y personas de otras nacionalidades.
El general en retiro Manuel Endara dijo que aunque no ha estado en la zona, sí hay denuncias de permeabilidad de grupos extraños y que en la frontera hay presencia de guerrilla e ilícitos como extorsión, abigeato, tráfico de drogas y trata de blancas que no han sido enfrentados con firmeza.
Los cursos
El Nuevo Herald señala en su reportaje que en el complejo hidroeléctrico Uribante-Caparo, en el parque nacional Tapo-Caparo, se ofrece un curso cada seis semanas para un contingente de entre 400 y 1.000 participantes que "incluye una primera fase de formación político-ideológica con manuales impresos en Cuba", y una segunda fase de formación de combate con los estudiantes más comprometidos.
Además de estudiar el pensamiento del Ché Guevara y Fidel Castro y analizar los discursos del presidente Hugo Chávez, los alumnos reciben entrenamiento en tácticas de la guerra de guerrillas entre las que se cuentan agitación política, manejo de armas y uso de explosivos de acuerdo a los informes de prensa.
Mientras las autoridades del Táchira han sido informadas de esta situación y de hecho se presentó en la Fiscalía 26 del Estado un documento en el que solicita una investigación, aún no hay una respuesta oficial, aunque un informe de prensa indica que el alcalde del municipio Panamericano, Gerardo Luna, quien reconoce la presencia de entrenadores de nacionalidad cubana, negó que se tratara de un centro de formación militar.
César Pérez Vivas, aspirante a la gobernación del Táchira por los grupos opositores y quien presentó la denuncia ante la Fiscalía, dijo que en los cursos también participan expertos en explosivos enviados por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc).
Un periodista de la región le dijo a EL COLOMBIANO que él y varias personas que han intentado llegar al sitio se han encontrado con retenes de la Guardia Nacional que les impiden el paso, pero que la gente de la zona asegura que ya está listo el "ejército de luchadores sociales".