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El Partido de la S

  • Yohir Akerman | Yohir Akerman
    Yohir Akerman | Yohir Akerman
08 de marzo de 2010
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Juan Manuel Santos representa a Juan Manuel Santos, no al uribismo. ¿Qué es el uribismo sin Uribe en la presidencia? ¿Un movimiento que sigue a un ex presidente?

El éxito del Presidente Uribe fue fruto de sí mismo, de su capacidad de trabajo, su forma de tomar decisiones y su hábil manera de comunicarse, no de quienes lo rodearon.

Él no fue un jugador de equipo. En el imaginario social, y las encuestas son reflejo de eso, se entendió que los logros del gobierno son de Uribe, y los problemas de la incompetencia de quienes lo rodean.

Error. Tanto lo primero, como lo segundo, son consecuencia de él y de su equipo de gobierno. Pero no se percibió así. Es más, todos los escándalos de su mandato recayeron, hábilmente, en los ministros y no en Uribe. Sus autollamados herederos, son padres de dos de los lunares más grandes de este gobierno: Juan Manuel Santos, de los Falsos Positivos, y Andrés Felipe Arias, de Agro Ingreso Seguro.

Pero si Santos no representa las políticas de Uribe, Arias lo hace menos. El candidato paisa es una mala fotocopia de Uribe. Es una de esas reproducciones en las que se ve la imagen, pero no el contenido. Ya lo había dicho antes.

No hay tal que haya alguien que herede lo que en Uribe funcionó y fue exitoso, que es lo que se busca en el llamado uribismo. Se puede replicar la mano dura, su modelo de gobierno, pero no su personalidad (para bien y para mal).

Al presidente Uribe le falta creer en sus políticas y tener más seguridad y confianza en la fortaleza de su legado. Si las medidas que ejecutó son positivas para el país, como efectivamente lo fueron algunas, no se necesita de Uribe, ni de sus herederos, para aplicarlas. Se necesita mantenerlas. Y eso es una responsabilidad no sólo del próximo presidente, sino del Congreso, de las Cortes, de los medios de comunicación y, más importante aún, de la ciudadanía. La política de Seguridad Democrática es un tema que, sea quien sea, el próximo presidente debe mantener y desarrollar.

Es importante por eso entender qué se están peleando Santos y Uribito, en la carrera por el guiño presidencial. La popularidad de Uribe es producto de su persona, no de sus políticas, y su guiño movilizará votantes que lo respaldaban ciegamente y que votarán por quien el presidente diga. Pero por eso mismo, Uribe no le va a dar el dedazo a nadie. No directamente. Hará insinuaciones y comentarios vagos. Apoyará a uno y al otro, pero con la idea de no apuntar a uno solo. Uribe, más que nadie, sabe que el uribismo es sobre sí mismo.

Si Santos gana la contienda, como seguramente lo hará según las encuestas, el Partido de la U cambiará de logo para convertirse en el Partido de la S. Habrá que ver en qué consiste eso.

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