El posconflicto es una figura silenciosa que introdujo en la escena colombiana el inicio de las conversaciones entre el Gobierno y las Farc, que intentan llegar a un acuerdo de paz, en La Habana, Cuba.
Más que una figura, se trata de una situación cuyas características, condiciones o alcances nadie sabe precisar y los empresarios colombianos no son la excepción, pese a sus constantes voces de apoyo y respaldo al proceso emprendido por el presidente Juan Manuel Santos, quien hace un año afirmaba que "si terminamos el conflicto, se desatará todo nuestro potencial, y a Colombia no la parará nadie".
Turismo, minería, infraestructura y agricultura serían apenas unos cuantos sectores con potencial para desatar y en especial para generar empleo, porque según José Manuel Salazar-Xirinachs, director Ejecutivo del Sector del Empleo de la Oficina Internacional del Trabajo (OIT), "en situaciones de posconflicto, el empleo es un factor principal que contribuye a lograr la estabilidad a corto plazo, la reintegración, el desarrollo socioeconómico y una paz sostenible".
algunas opciones de empleo
Fabio Villegas Ramírez, presidente de Avianca, considera que "en la medida en que ese esfuerzo en La Habana entregue resultados, las perspectivas y expectativas que le esperan al país en desarrollo económico y turístico, con la incorporación de vastas zonas con muchísimos atractivos al modelo y a la oferta turística de Colombia va a generar muchas oportunidades de desarrollo".
El empresario comenta que el oriente colombiano y departamentos como Caquetá y Meta, de fuerte influencia de las Farc, tienen ecosistemas y espacios ambientales que nada tienen que envidiarle a los más vendidos turísticamente en el mundo"
Eduardo Alfonso Chaparro Ávila, director de la Cámara Asomineros de la Andi, opina que el desarrollo y fortalecimiento de la minería es una oportunidad excepcional para generar empleo, lograr desarrollo e integración nacional, en un escenario de posconflicto.
"Mi perspectiva es que toda esta gente pueda incorporarse a procesos productivos en minería y que en el país se genere un sector más vigoroso y sólido. En este contexto llegaría más inversión cualificada, se generaría empleo, se desarrollarían zonas productivas y se crearía un mercado doméstico para minerales", explica el dirigente.
el apoyo, factor esencial
El presidente del Grupo Éxito, Carlos Mario Giraldo, sostiene que hay que creer en lo que está pasando en La Habana y apoyarlo por su importancia y eventual trascendencia.
"Cuando venga el posconflicto todos tendremos que poner un poco de nuestra parte, vincular una serie de personas que están hoy en el conflicto y ayudar en aquellas cosas en las que puedan ser productivos"explica.
Adicionalmente, Giraldo recuerda que el tema no es nuevo. "Ya lo hemos hecho en Medellín cuando se desactivaron muchos grupos ilegales, muchas de las empresas colaboramos en ese reinserción y sobre esa experiencia debemos trabajar".
También hace notar que esa coyuntura coincide con un momento especial del país que tiene un crecimiento sostenido y con unas ciudades intermedias en desarrollo, hacia las que se pueden direccionar las personas. y en un momento en el que el país ha reducido sus niveles de desempleo.
David Bojanini García, presidente del Grupo de Inversiones Suramericana, advierte que el posconflicto será una época bien compleja para el país, debido a la proliferación de la delincuencia. "Debe haber un compromiso grande del Gobierno, que debe entender que no se trata solo de firmar un acuerdo de paz, porque de eso se desprende gran cantidad de cosas".
Algo en lo que insiste Bojanini es que los empresarios siempre han tenido el compromiso de apoyar la reincorporación de las personas a la vida civil y al Gobierno en todo lo que corresponda para que muchas de estas personas puedan volver a ser ciudadanos de bien.
"Todo eso implica esfuerzos grandes desde el punto de vista psicosocial y esa situación ya nos tocó vivirla en Medellín, en una época en la que estuvimos, como empresarios, colaborando con eso y es algo muy difícil", declara.
las dudas que genera La habana
El presidente de la Organización Corona, Carlos Enrique Moreno, reconoce que habrá que crear oportunidades laborales y habrá que hacer propuestas para reconstruir al sector productivo, crear un entorno que permita fortalecerlo y así absorber a los reinsertados con oportunidades de calidad de vida.
"Hoy muchas empresas estamos con la Agencia Colombiana para la Reintegración (ACR), en los talleres de vida. Llegamos a los reinsertados con una metodología que tiene Corona, ayudándoles a las personas sobre qué quieren y orientándolas", destaca Moreno, al poner como ejemplo la labor que dirige Alejandro Eder, director de ese despacho.
No obstante, el empresario hace hincapié en que en el proceso de paz con las Farc hay dos etapas. "La primera es que un país no puede seguir desangrándose por más años y de alguna forma el arreglo con diálogos es un camino lógico, pero una pregunta de fondo es, ¿cuál será la calidad del acuerdo de paz al que lleguemos?".
Otra inquietud que plantea Moreno es si la reconciliación es para todos o solo para una fracción. "Porque lo que estamos viendo es a unas Fuerzas Militares golpeadas en la parte jurídica muy fuertemente, es decir que uno ve a los que han defendido la democracia golpeados y a los que la han golpeado, premiados".
Javier Díaz Molina, presidente de Analdex, plantea otra duda y es sobre la forma cómo se está negociando la paz. "Hay una trazado sobre la hoja de ruta, pero veo las líneas muy gruesas y hay que afinarlas. Hay mucha gente escéptica, en especial por lo que ocurrió en el pasado".
Para el dirigente lo que se quiere ver es señales claras, pero reitera que buena parte de lo que se ha hablado no se conoce. "Es claro que el sector privado debe estar listo a contribuir en el proceso de posconflicto y lo que no puede ocurrir es que la paz no marche por culpa de los empresarios".
Aún con grandes incertidumbres sobre si habrá o no paz, es claro que el final del conflicto puede ser una oportunidad para emprender una reforma económica y social.
La OIT resume que se trata de una oportunidad que las sociedades en transición de la guerra a la paz no pueden dejar escapar, y en la que la comunidad internacional puede ser de gran ayuda.
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