La sequía terminó. Este fin de semana, después de cinco años, las carreteras de Antioquia vieron pasar de nuevo a pilotos y navegantes en un rally de regularidad.
A la 11:31 a.m. del sábado, con la orden "salga", partió del Museo El Castillo el Ford A 1929 que, pilotado por Flavio Escobar , marcó el inicio del Rally de la Montaña, en homenaje a los 100 años de este diario. Tras este, y cada minuto, 10 carros antiguos más salieron en busca de las vías que conducen al Oriente antioqueño. Y luego, otros 32 vehículos de calle, de modelos recientes emprendieron la marcha.
Aunque no es lo ortodoxo, los organizadores permitieron que cada vehículo pudiera viajar con su cupo completo: piloto, navegante, familiares y amigos convirtieron esta prueba en una fiesta. Eso sí, armados de calculadoras, papel y lápiz; otros de computadores portátiles o iPad para realizar los cálculos y establecer el ritmo de conducción adecuado y cumplir con la ruta y pasar por los ocho puestos de control en el tiempo indicado.
El objetivo de un rally de regularidad es ir de un punto A a un punto B, siguiendo las indicaciones trazadas en una hoja de ruta. No se trata de llegar a la meta primero y con la mayor velocidad. Es cumplir el recorrido determinado en el tiempo definido en la hoja de ruta. Cada vehículo tiene una hora determinada de paso, por cada segundo de adelanto o atraso en el cumplimiento de ese itinerario reciben un punto de penalización, y quien llegue a la meta con menos puntos es quien obtiene el primer lugar.
Desde el Museo pasaron por Los Balsos, Sajonia, Santa Elena, Parque Arví, la Medellín-Bogotá, el Club La Macarena, El Carmen de Viboral, San Antonio de Pereira, la Ceja, El Retiro y El Tablazo. Estos fueron los puntos de paso antes de terminar en el Complex de Llanogrande. Una ruta de más de tres horas y media con vías abiertas al tráfico y cumpliendo las normas de tránsito.
Y aunque no fue un evento del calendario de la Federación de Automovilismo Deportivo, su presidente Hernán Porras destacó la importancia de su realización. "Es la puerta de entrada al automovilismo. El rally de regularidad es una escuela por la pericia que se adquiere". Los buenos resultados (ganaron Jorge Iván Bedoya-Martín Echavarría en autos de calle, y Mario González , en los antiguos) llevan a Luis Alberto Moreno , director de la Fundación Museo del Transporte a señalar que en 2013 la idea es desarrollar por tres competencias de este tipo.
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