Una Europa fragmentada que todavía no combate los espíritus nacionalistas y que tiene a Alemania como líder, conmemora hoy el centenario del magnicidio detonante de la Primera Guerra Mundial.
El enfrentamiento comenzó un mes después del fatídico 28 de junio de 1914, día en el que el joven serbobosnio Gavrilo Princip mató a tiros al archiduque Francisco Fernando, heredero del trono del Imperio austro-húngaro. El asesinato en Sarajevo precipitó la declaración de guerra de Austria contra Serbia que desencadenó, a la postre, la también llamada Gran Guerra.
Hoy, cuando se cumple un siglo, Francia y Bélgica, dos de los objetivos alemanes de ese entonces, conservan grandes cicatrices: más de 1.000 fosas, innumerables cráteres de bombas, granadas de gas oxidadas, refugios subterráneos y trincheras que rasgaron al Frente Occidental por cuatro años.
"No es que tratemos de conservar el recuerdo, es que el recuerdo está vivo, lo vemos en los visitantes", dijo a Efe Peter Slosse, director de Turismo de la ciudad belga de Ypres, escenario de cruentas batallas y reconstruida sobre el recuerdo de aquella contienda.
Slosse explica que muchos de sus numerosos turistas canadienses, australianos y británicos son parientes de los soldados allí enterrados.
"No vemos la Guerra como un elemento histórico, queremos usarlo para intentar difundir un mensaje de paz, para mostrar lo que la guerra le hace a la gente", añadió.
En ese escenario se celebró el pasado jueves la primera jornada de la cumbre europea en que los líderes de los Veintiocho debatieron la futura dirección política de la Comisión Europea (CE), un proyecto que nació para evitar que conflictos como esas dos guerras mundiales volvieran a enfrentar entre sí a los europeos.
El mapa cambió
La Primera Guerra Mundial, que inició en 1914 y se prolongó hasta 1918, no tuvo precedentes en su alcance y salvajismo. La línea frontal de muerte y destrucción arrasó con los Alpes, el centro de Europa, los Balcanes y Rusia, extendiéndose hasta lo que hoy es Turquía y el Oriente Medio e incluso China.
Las pérdidas humanas fueron históricas. La guerra segó la vida de 14 millones de personas: cinco millones de civiles y el resto soldados, marinos y aviadores de 28 países, desde India hasta Sudáfrica y Estados Unidos. Al menos siete millones de militares quedaron discapacitados permanentemente.
"La Gran Guerra será recordada porque dejo un numero muy elevado de muertos y reconfiguró el mapa del continente. Hubo países que desaparecieron y otros que perdieron territorio como Alemania, lo que sirvió de acicate para el discurso nacional socialista de Adolf Hitler ", explicó a este diario Darío Acevedo, analista político y docente de Historia de la Universidad Nacional
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