La responsabilidad en el tema de los derechos humanos no es ajena a la empresa privada. Esa fue la reflexión que se planteó desde el pasado miércoles en el conversatorio Derechos Humanos, por la convivencia y la equidad, promovido por el Grupo de Inversiones Suramericana, Suramericana y Protección.
Precisamente estas compañías, al adherirse al Pacto Global (de buenas prácticas empresariales con el medio ambiente, con la sociedad y con sus proveedores) diseñaron distintas políticas donde los derechos humanos son una de las piedras angulares de su negocio.
Así lo explicó Mauricio Toro, presidente de Protección, quien dijo que "desde tiempo atrás hemos visto que es fundamental para el buen desarrollo de las organizaciones y de su ciudadanía corporativa el tema de los derechos humanos. No solo que seamos exitosos como empresa sino que seamos agentes de cambio social. Y en la medida que tomemos conciencia y los practiquemos, podemos integrarnos con la sociedad a la que pertenecemos".
Este conservatorio hizo parte de la promoción y divulgación de las prácticas de responsabilidad social empresarial que estas compañías acogieron en busca de cualificación internacional.
Y en un país como Colombia, con graves violaciones a los derechos humanos (el desplazamiento forzado, el empleo de minas antipersonal, la utilización de menores en el conflicto y las ejecuciones extrajudiciales, entre otros), las empresas son promotoras de cabecera de este tema.
Para Javier Ciurlizza, director Regional para las Américas del Centro Internacional de Justicia Transicional y ponente en el conversatorio, las empresas no son simplemente máquinas generadoras de dinero.
"Hay una responsabilidad de proyectarse a la sociedad, de influir en cambios positivos y de comprometerse con la causa de los derechos humanos".
Pero la reflexión fue más a fondo en el certamen. Se tocaron temas que muchas veces dentro de las empresas parecen vedados como la discriminación por raza, condición religiosa, económica, sexual y de credo, que en algunas compañías puede llegar a suceder.
Jesús Peña, coordinador del Área de Observación de la Oficina en Colombia del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, sostuvo en el evento que las empresas convocantes han hecho cosas muy importantes para ayudar a mejorar la situación de pobreza y de violencia en el país. "Pero tengo que decirles, hay que hacer siempre más".
Entre esas ayudas está el apoyo comunidades donde hacen presencia con sus negocios, empleando discapacitados o personas con movilidad reducida. Además, liderando proyectos, de la mano del Estado, en las comunidades étnicas (afrodescendientes e indígenas).
"El proceso de cumplimiento y aplicación de los derechos humanos es algo que ha venido progresando en Colombia. Se han dado pasos muy importantes en la medida que comprendemos, como empresa, el impacto que generamos en la sociedad. Por eso debemos ser más partícipes en la defensa, en todas las instancias, de los derechos humanos", reiteró Mauricio Toro, presidente de Protección.
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